II. Capítulo 36: Ecos

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Una Absol en lo alto de una montaña sentado. Una ventisca que cubría toda la inmensidad de aquella montaña. La nieve se deslizaba hacia arriba. Caía sin cesar. La Absol la observaba.

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La Primarina abrió los ojos asustada mirando hacia los lados. Respiró profundamente.

A su lado, su amo dormía profundamente. Otra vez esa pesadilla.

"No pienses" un eco en su cabeza comenzó a golpearla.

Es verdad. Ella no pensaba. No sabía como hacerlo. La preocupación de pronto se convirtió en felicidad y el miedo se esfumó. Estaba a salvo. Nada la iba a ocurrir mientras estuviera con Deimos. Ahí estaba a salvo.

La Primarina se acercó alegre hacia su amo y se acurrucó junto con él con una sonrisa. No tenía que pensar, ella no era así.

-Soy su Primarina - murmuró mientras se volvía a dormir con una sonrisa.

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Jack abrió los ojos. El Noivern dio un bostezo y miró tras la ventana. El sol aún no había salido, pero sus primeros rayos coloreaban el cielo de violeta. Miró a su alrededor; parece que todo el mundo estaba dormido.

Cira estaba dormida en la cama de la habitación destruida. Aly en una cama doble del cuarto contiguo; el que decía que era hermano de su secuestradora, estaba dormido en el sofá. ¿De qué le sonaba aquel Zoroark?

La secuestradora, es verdad, Zarky.

Se incorporó con cuidado para no despertar. Era complicado. Su cuerpo dracónido era lo suficientemente grande para casi tirar algún adorno de las mesas. Sin embargo, logró llegar con cierta dificultad a la entrada y sin romper nada.

La puerta de la cocina se abrió. Zarky salía de ahí con un bollito de crema en la boca. Al ver a Jack, lo dejó en un lado.

-Es temprano- dijo Zarky

Jack la miró con cierta molestia.

-Me he despertado pronto- replicó. Era ella quien la había separado de su dueña.

- Bueno, al menos has podido dormir algo- se tumbó cogiendo el bollito y comenzó a comerlo- He encontrado esto entre vuestras cosas. Creo que está caducado pero tengo hambre.  ¿Quieres algo? No tiene pinta de que puedas caber en la cocina.

-Eh... - a Jack le rugieron las tripas- si.

Zarky volvió de la cocina con un trozo de pescado crudo.

-Magikarp - dijo Zarky- a los Pokemon dragón os suele gustar esto. ¿Como es que lo teníais?

-El hombre del centro comercial nos dio algunas provisiones- respondió el Noivern mientras tomaba el pescado y lo comía.

-Creía que en Ciudad Jubileo ya no habían humanos- la Zorua se terminó el último bocado del bollito- me sorprende.

Un silencio sumió la escasa conversación en un intercambio de miradas un poco tensas.

Pokémon, ¡Soy un Pokemon! Entre FronterasWhere stories live. Discover now