Dímelo con señas.

Capítulo 8: "Contradicciones"

La sorpresa se instaló en el rostro de todos los pendientes. 

Todoroki Shoto estaba comprobando la temperatura de Midoriya como si se tratara de lo más normal del mundo. 

De por sí el chico bicolor no era de muchas palabras, tampoco de acciones muy llamativas. Muy de vez en cuando era el centro de atención a menos que se tratara de las chicas admirando su atractivo, o cuando Bakugou se ponía a discutirle algo.

 — Tu temperatura está normal.

Izuku asintió y se mordió el labio con evidente incomodidad.

Recordaba perfectamente que Shoto le había dicho que no quería ser su amigo. Y  aunque Izuku no era resentido, le provocaba cierto sentimiento de inseguridad encariñarse con una persona que no tenía intenciones de formar una amistad con él.

 — ¿Desde cuándo tan atento y amable, dos mitades?

La voz de Katsuki se hizo presente mientras se acomodaba en la silla de su puesto y ponía los pies sobre la mesa.

— Solo quería saber si se encontraba bien, no es tu asunto.

— Ah, cierto... no es mi asunto los problemas del discapacitado y de un asperger.

Midoriya bajó la mirada rápidamente.

No entendía por qué ahora de pronto Bakugou decía eso, recién había sido amable con él. Incluso ayer lo había contenido cuando él lloraba. Lo fue a dejar a su casa y todo.

Y al parecer el rubio entendió que había hablado de más. Porque sintió una clavada en el pecho al ver el rostro triste del pecoso.

— Bakugou —Kirishima habló rápido. Siempre era él quien tenía que frenar las discusiones.

— No te metas, pelos de mierda.

Todoroki no respondió ante el comentario. Le ignoró como la gran mayoría de las veces en que prefería restarle importancia a la palabrería de Bakugou.

— Midoriya.

El aludido miró en dirección al llamado de Shoto.

— Me gustaría hablar contigo después de clase.

¿Qué? 

Bakugou bajó los pies de la mesa. 

— ¿Conmigo?  —Izuku se apuntó a sí mismo.

Todoroki asintió y luego se alejó sin esperar ninguna respuesta.

Y nadie pudo decir nada porque Aizawa entró al salón y comenzó la clase, no sin antes aclarar los rumores sobre Mineta y Aoyama. También le dio un regaño a Hagakure, quien a pesar de no haber actuado en contra de Midoriya, sí estaba al tanto de la situación.

La clase dio inicio con normalidad luego de eso. Tan aburrida como siempre.

A su vez el día no fue tan diferente, con Izuku anotando todo en su cuaderno, hasta lo que el profesor contaba como agregado; aquello que no escribía en la pizarra.

El cuaderno del chico era un caos ordenado de anotaciones.

Katsuki a su lado ni siquiera le miraba, lo había comenzado a ignorar desde que la discusión anterior surgió. Tampoco era como si tuviera algo que decir en verdad. Nunca le hablaba.

Se fijó sin embargo que los dedos de Midoriya tenían banditas, que seguramente tenían mucho que ver con las heridas que se había hecho el día anterior.

"Bakugou, ¿estás molesto conmigo? Te prometo que no le he dicho nada a nadie".

Una nota llegó al pupitre vecino.