Capítulo 4: "El Katsudon"

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Bakugou llegó a aquél edificio que tenía la dirección de Midoriya. Se veía como un lugar normal, quizás algo empobrecido. No parecía que el edificio en sí estuviera tan bien mantenido por los años, incluso algunas grietas debido a temblores o terremotos pasados seguían ahí. Las paredes insinuaban que no habían sido pintadas en años, y lo decía por el moho que se acumulaba.

No iba a opinar al respecto, sabía que las distintas realidades de las personas no tenían por qué ser motivo de burlas o de conversación.

No se metería en eso.

Una vez que llegó al tercer piso subiendo por las escaleras, debido a la ausencia de elevador, se dirigió hasta la puerta con la inscripción "Midoriya" en ella.

Aún se preguntaba qué demonios hacía ahí. No quería hacer el trabajo con el peliverde y tampoco quería tener que verlo.

Tocó la puerta.

Katsuki no era la persona más paciente del mundo, de hecho podría afirmar que no lo era en lo absoluto. Razón por la cual el siguiente golpeteo en esa puerta azul fue más agresivo que la anterior.

"Maldito sordo de mierda", pensó, dispuesto a tirar la puerta si era necesario.

Inko salió al segundo llamado en la puerta, puesto que el primero no lo oyó por estar preparando la cena.

— ¿Si?

Bakugou relajó solo un poco el entrecejo, mirando frente a él a la mujer que lo recibía.

Era muy parecida a Izuku. O más bien el chico se parecía mucho a ella.

Ambos tenían el cabello verde y eso era suficiente para el cenizo.

— ¿Es la casa de Midoriya Izuku? Soy un compañero de la escuela.

Si, con todo el autocontrol que pudo intentó ser cordial y amable con la señora.

— Oh, eres un amiguito de Izuku. Pasa, pasa.

"Amigo mis pelotas".

Pidió permiso, quitándose los zapatos en la entrada y poniéndose unas pantuflas que la señora le había dejado para que usara en la casa. La cual por cierto era totalmente contraria a la fachada del edificio.

Era un hogar cálido, se notaba a leguas. Olía a Katsudon, seguramente porque era lo que estaba cocinando la mujer.

Tenía una decoración bastante bonita, las habitaciones se veían iluminadas, los colores bien elegidos, los muebles modestos y un sinfín de fotos esparcidas por las paredes.

Izuku bebé. Izuku en la escuela. Izuku pintando algún dibujo. Sus primeros pasos. Izuku en la graduación del kínder.

Si la señora quería avergonzar a su hijo sin necesidad de ir por el álbum de fotos, definitivamente lo había logrado exponiendo a su hijo de esta forma.

Aunque le llamó la atención a Bakugou no encontrar ninguna foto de una imagen paterna.

Las fotos en las que el peliverde Salía acompañado era únicamente por su madre.

— Le diré que viniste a verlo, ¿me darías tu nombre?

Mierda. No pensaba tener que decirle su nombre tan rápido. Seguro que la señora iba a correrlo de la casa por ser el malnacido que le había hecho daño a su hijo, eso además de romperle los audífonos y no hacerse cargo de la reparación.

— Bakugou... Katsuki -Respondió esperando lo peor.

Pero en vez de eso recibió una sonrisa amable seguida de un "ya vuelvo".

Dímelo con señas.Where stories live. Discover now