Capítulo 12: "Una taza de té"

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— Vamos, hermano —Kaminari se había sentado al lado de Kirishima, pero se estaba dirigiendo a Katsuki— ¿Cómo es posible que no tengas decidido tu futuro aún?

El rubio ceniza resopló molesto.

Había perdido la cuenta de todas las veces que le habían dicho lo mismo. "Estudia esto", "estudia aquello".

No, no lo sabía.

— Denki, déjalo en paz —Kirishima bebió de su soda— Mi bro puede ser lo que quiera. Algo así como Barbie.

— Claro, eso ya lo sé. Pero debíamos entregar las papeletas con las opciones hace una semana.

— A Katsubro le dijeron que iban a esperar un tiempo, después de todo es un genio, ¿verdad?

Un genio.

Siempre había tenido buenas calificaciones, pero nunca como para ser un genio. Además, tenía competencia. Momo y Todoroki eran igual de buenos.

— Dejen de hablar mierda, no me interesa decidir ahora.

— Per—...

— Ya, ya —El pelirrojo puso una mano sobre el hombro de Denki— No lo molestes más.

¿Cómo esperaba el resto que decidiera su futuro luego de todo lo que había ocurrido? ¿Es que acaso todos lo habían olvidado?

Katsuki había ido un par de veces a la dirección de Midoriya, tragándose el orgullo para poder hablar con él y pedirle disculpas sobre lo que había ocurrido. Y es que la culpa no lo dejaba dormir.

Sin embargo se halló un par de veces sudando y siguiendo de largo cada vez que intentaba subir la escalera de aquél edificio con mugre en sus paredes.

Seguía siendo un cobarde desde el día en que decidió golpearlo.

Dios. Es que esos ojos verdosos viéndole con súplica para que lo dejaran explicarse vivía en su memoria, recordándole día a día que no era más que un sujeto patético.

Le habría gustado hacer justicia después de lo ocurrido.

Izuku fue una especie de fantasma porque con el paso de los días se dejó de hablar de él. Incluso quitaron el pupitre vacío para que no molestara en el salón de clases.

El chico con pecas simplemente desapareció de todos lados, hasta de la memoria colectiva.

— Me voy a casa —Anunció antes de tomar su bolso y dirigirse a la salida.

No quería que sus amigos lo vieran así de pensativo, tenía su orgullo después de todo.

Para Katsuki era normal y cotidiano tomar el camino a casa que en algún momento recorrió el peliverde.

¿Por qué lo hacía?

Tal vez por si eventualmente se lo encontraba camino a casa.

Era ridículo, si, pero no podía evitar querer verlo, aun si este no quería verle la cara una vez más. Era un egoísta.

Mientras se debatía entre irse directo a su casa o ir a comprar un poco de comida picante para pasar el mal rato, fue que visualizó una cabellera verde bastante familiar.

Aquello aceleró su corazón y también sus pisadas.

Era la oportunidad. Esta era su oportunidad.

Comenzó a caminar más rápido, notando de pronto al par de idiotas que tenía como amigos seguirlo de cerca.

Maldición, este no era el momento.

Los chicos intentaron ir a la par, pero más bien intentando seguirle el paso a Katsuki, que buscaba evidentemente a alguien.

Dímelo con señas.Where stories live. Discover now