XXXVIII

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El nombre de Yuzuriha y Taiju provocó que un silencio extraño se hiciera presente y que un montón de preguntas se abrieran paso por la cabeza de sus nuevos amigos.

- ¿Pero Taiju y Yuzuriha no estarán en peligro si Tsukasa sabe que estáis aquí? – preguntó la guerrera de ojos azules preocupada. Había visto el enfrentamiento entre esos dos y el hombre de pelo largo con fuerza extraordinaria. Fuerza que ella misma comprobó momentos antes de conocer a Senku y ___ -

- ¿No los matará? – la siguió Suika aparentemente más curiosa que preocupada-

- Ahora son sus rehenes. No les hará nada. – les aclaró Senku -

- ¿Cómo estás tan seguro? – volvió a intervenir Kohaku. No es que no confiara en Senku, pero no sabía si Tsukasa era un estratega o un simplón musculoso como Magma -

- Porque Tsukasa prefiere que vivan en la ignorancia, que todo siga igual o casi todo porque estoy segura de que los tendrá más vigilados que nunca.

- kukuku eso no es de importancia ahora mismo, tenemos que hacer los smartphones antes de la primavera, si no estaremos en desventaja. – zanjo el tema, lo que necesitaban saber ya lo sabían, no podían seguir dándole vueltas al asunto. El tiempo no se para y no están como para desperdiciarlo -

- ¿Qué haremos primero, Senku? - pregunto el bicolor -

- Lo primero que necesitamos para nuestro proyecto científico es...algodón de azúcar.

- Algodón de azúcar... - repitió la pelirroja en voz alta - ¿Lo dices enserio? – miró al chico con el ceño fruncido pensando que era una broma de mal gusto -

- Por supuesto, es lo más importante. -

- Lo dudo - contestaron Gen y ___ al unísono-

Sin embargo siguieron las indicaciones del ojiescarlata, de algo tenía que servir porque si solo se trataba de un capricho el que saldría peor parado sería él.

Por lo que con su ayuda y la de los miembros del reino científico consiguieron crear ese aparente capricho de azúcar. Y fue entonces, cuando después de la enrevesada explicación de Senku que ese aparente capricho se volvió de utilidad.

- Ahora pensar que pasara si usamos oro.

- ¡Hilos de oro! – gritó Chrome emocionado -

- Correcto. 10.000 millones de puntos.

- Ahora tiene sentido, es como el alambre de los aparatos eléctricos.

- ¿Es que dudabas de mi, ___?

- Cállate - un pequeño sonrojo apareció sobre sus mejillas, consiguiendo que una sonrisa burlona se adueñara del rostro de Senku-

- ¡Bien! ¡Vamos a por el oro! – intervino Chrome deseando empezar -

- El oro es muy valioso. No podemos arruinarlo– le paró Senku antes de que intentase algo-

- ¿Lo del algodón de azúcar va enserio?

- Tenemos que ver si la máquina funciona. Además el algodón de azúcar te encanta. - ___ solo se dedicó a asentir y dejar salir una sonrisa nostálgica al recordar como siempre que iban a un festival Byakuya le compraba una de esas dulces nubes rosas - kukuku No te preocupes, el primero será para ti

- No gracias, no pienso ser tu conejillo de indias. – contestó seria al salir de su mundo consiguiendo que Senku dejase salir una carcajada -

- Eso probemos el sabor...digo, si funciona. - ___ le miró entrecerrando los ojos pensando que el ojiescarlata solo quería comer. Nada más. –

Mi única Excepción.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora