Desde que divisaron la aldea, Kohaku les fue contando cosas sobre esta y algunos de sus habitantes.
Una vez frente al puente, la única entrada a la aldea, se vieron atacados de golpe.
Kohaku evitó el ataque en el que ___, por instinto, se posicionó delante de Senku, algo que a él no le gustó. El hecho de que estuviera dispuesta a dar su vida por él no le hacía ninguna gracia.
Kohaku empezó a hablar con los centinelas del puente. Mientras los otros dos observaban.
- La violencia es innecesaria, Ginro, Kinro. Ellos me salvaron. – terminó de decir para mirar a los otro dos -
- No podemos, Kohaku. No se permiten extraños. - dijo el rubio -
- Las reglas son reglas - continuo el castaño -
- No entra nadie de fuera. No se aceptan extraños. – repitió el rubio haciendo énfasis en la última parte -
- Por eso no pondrán entrar.
- No me dejan otra alternativa, lucharemos dos contra uno. Tienen ventaja. – Kohaku se preparó para la lucha, mirando a ambos esperando cualquier ataque -
- Sí que te tienen miedo - intervino la pelirroja al ver como los guardias dejaban escapar algún gesto nervioso, sobre todo el rubio -
Al oírla los dos jóvenes la miraron por primera vez. Ambos quedaron en silencio sin apartar la mirada de ella, haciendo que se sienta incómoda.
- Senku...- este la miró acercándose más - ¿Por qué no dejan de mirarme?
- Porque eres diferente. Tus rasgos, tú melena pelirroja y tus ojos dorados son únicos. Nunca han visto a nadie como tú. Eres exótica.
Si antes ya llamabas la atención, ahora estas a otro nivel. - ella estaba atenta a sus palabras, mientras los otros dos seguían contemplando a la joven - y lo exótico solo provoca dos sentimientos, atracción o miedo. Eso podría explicar porque Kohaku te ve como alguien de la realeza.- ¿Yo les parezco exótica...? ¡Tú tienes un pelo rarísimo y nunca he visto a alguien con unos ojos como los tuyos!
- Puede ser, pero tú no te pareces en nada a ellos y eso provoca su curiosidad - dijo sin darle importancia, pero le importaba, ser exótico tiene sus pros y sus contras, sobre todo contras - - ahora vamos a jugar un poco - ella le miró con duda -
Senku se acercó al barril con el agua curativa de Kohaku, sacó el jabón bautizado como Dr. Stone, para luego comenzar a hacer pompas.
Tanto Kohaku como los centinelas se quedaron impresionados. Estos últimos atacaron a las burbujas como si fueran sus enemigos.
Mientras Senku hacía más pompas y los otros las explotaban ___ solo se dedicaba a pensar en lo idiotas que eran.
- ¿Qué es eso? ¿Qué son esas esferas tan sospechosas? - el rubio parecía que se iba a poner a llorar -
Senku empezó a decirse cosas a si mismo dejando salir un aura maligna y una sonrisa macabra. Parecía que estaba disfrutando de su sufrimiento, siendo el rubio su favorito, que acabó por salir corriendo del miedo. Llamando a alguien a gritos.
- No te asustes, Ginro.- hablo una voz desconocida - Ya estoy aquí. Las vi desde la costa - apunto a las burbujas- Hola. Soy Chrome. ¡El hechicero más malote que hay! – dijo con una sonrisa enorme -
- Parece que ya no hay que buscarle. Él es de quién os hablaba ayer
- Un hechicero ¿Eh? - decía Senku aburrido -
- ¿Malote? Que tío más raro - susurro eso último la pelirroja -
- Soy Senku. Un científico. Ella es ___ mi Tigresa.
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Mi única Excepción.
Hayran KurguUna pequeña pelirroja se encontró con un niño bastante peculiar y desde ese día su vida no volvió a ser igual.