No me gustan los apodos.

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Narra Andrew.

Geraldine desapareció por el pasillo.

Aquellas palabras retumbaban en mi cabeza, no quería desconfiar de Luca, pero era el único que sabía, él y Adria, ¿Ella le dijo? No lo creo, es ella.

—Hola Blandito, ¿Cómo estás? —como si de magia se tratara, apareció.

—Hola—dije seco, más que seco, estaba procesando toda la horrible situación en la que me encontraba.

—Parece que viste un fantasma, ¿Estás bien? —agarro mi hombro.

—No, no sé.

Después de un rato de contarle lo que había sucedido nos sentamos en alguna banca del patio.

—Estamos jodidos— dijo cuando terminé de platicarle.

—¿Que? —me reí, ella me hacía sonreír aún en estas condiciones.

—De por si Geraldine ya me odia, ahora va a querer golpearme— dijo.

—Claro que no, pero si tú no le dijiste solo queda Luca— levante los hombros.

—Pregúntale antes de ir a reclamarle ¿De acuerdo?

—No sé qué hacer para que entienda que me gusta ella, de verdad no lo sé... — mi voz se quebró. Ahí estaba, llorando en frente de Adria.

—Esto ya sobrepasó los límites— se levantó de la banca y levante la cara.

—¿Qué haces?

—Voy a hacer que Geraldine se arrepienta— me sonrió.

—¿De qué estás hablando?

—De que no voy a dejar que nadie, ni siquiera ella te haga llorar y ahora que sabe del beso, se va a arrepentir de haberse enterado— su voz se escuchaba seria y decidida, Adria me daba miedo así.

Antes de pronunciar alguna palabra ella se fue.

Narra Adria.

Estaba buscando a Geraldine por los pasillos, necesitaba hablar con ella de la forma más pacifica que se. A lo lejos la vi sentada con Luca, me decidí a ir y decirle que debía alejarse, pero antes de que pudiera dar un paso mi teléfono me aviso sobre una llamada.

—Hola, ¿sucedió algo? —conteste al ver que la persona que me había llamado era uno de los chicos que ayudan en el orfanato.

—En realidad no, pero olvide decirte que el domingo el chico nuevo recibió una visita, le iba a avisar a él, pero no tengo su número de teléfono.

—¿Quién fue a visitarlo? —pregunté, aunque creo que ya sabía la respuesta.

—Era una chica, no muy alta, tenía el cabello algo largo, no recuerdo bien su rostro. Lo único que si recuerdo es que se fue hacia done estabas con el chico, pero creo que los vio juntos y luego salió corriendo sin siquiera dar las gracias.

—No te preocupes, yo le diré que recibió visita, muchas gracias— colgué y mi mente supo que Luca no había dicho nada. Ella nos vio.

Me acerque a ellos, e inmediatamente la cara de Geraldine cambio.

—Hola Luca— salude con una sonrisa.

—Hola Adria, ¿Cómo estás? —respondió Luca de la misma forma.

—Bien, muchas gracias. Hola Geraldine— le saludé y dirigí mi mirada hacia ella.

—Hola.

—Alguien amaneció de malas hoy.

La vida no es una tonta novela de Wattpad.Where stories live. Discover now