¿Quién es esta chica?

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Narra Andrew.

Salí corriendo de aquel edificio, estaba ¿Feliz? No lo sé. Sentía esa sensación extraña de emoción con felicidad combinadas que me hacían querer cantar y gritar hasta llegar a mi casa. Me había dicho que me quería, eso era un gran paso.

Caminé en dirección mi casa con pasos lentos, iba cantando en voz baja y tarareando melodías que me iba inventando en el camino.

Cuando llegué a la entrada de mi casa, metí la llave y entré de un salto.

—¡Ya llegué! ¡Hoy fue un muy buen día! ¡Estoy listo para adoptar un gato! —no sabía por qué estaba gritando, pero ya lo había hecho. No esperaba contestación alguna, pero... La recibí.

—¿Te fue tan bien? —la voz de Benjamín apareció en la sala en el momento en el que aventé mi mochila.

—Te escuchamos gritar— escuché ahora la voz de Aurora y con eso basto para que la felicidad que tenía hace unos momentos se hiciera añicos.

—Creo que no es algo que les interese, voy a estar en mi cuarto— me di media vuelta, volví a tomar mi mochila y me dirigí a la escalera, subí unos cuantos escalones—No tengo hambre, coman sin mi— dije antes de subir la escalera por completo.

No era mentira, Karen me había alimentado bien, así que no iba a comer nada más.

El resto del día (que en realidad fueron como tres o cuatro horas) me la pasé viendo una serie y no baje a cenar, porque siendo sinceros ¿Quién querría compartir la mesa con aquellas personas?

Antes de dormir tome mi celular y envíe un mensaje.

¡Valla!, me la pasé tan bien hoy, que sabía que tenía que pasar algo para arruinar mi felicidad, mis padres volvieron y ahora estaré encerrado en mi cuarto hasta que se les ocurra volver a irse. Dile a Karen que agradezco la comida y agradécete a ti misma por hacerme feliz.

Cuando terminé, se lo envié a Geraldine y me fui a dormir. No sin antes sonreír inconscientemente.

Narra Geraldine.

—¿Qué fue eso? —dije por lo bajo, mi cara estaba roja y yo estaba ¿Feliz?

Cuando Andrew se fue mi mamá y yo comenzamos a platicar como lo hacíamos siempre, al final terminamos viendo una película, le pregunté por papá y dijo que estaba muy ocupado, pero que vendría después.

Cuando menos lo pensé, ya era tarde y yo no había hecho la tarea, así que me despedí de mi mamá y me retiré para poder hacer todo lo que me faltaba.

—Tengo demasiada tarea y no he empezado nada, puedes quedarte aquí o ir conmigo si quieres— sabía que diría que no, pero era maleducado solo pararme e irme.

—No gracias, me quedaré.

Me dirigí hacia el cuarto y me senté en la cómoda silla de mi escritorio. Ahí paso la mayoría de mi tiempo, me gustaría tener un cuarto más grande para poder acomodar mejor mis cosas. Pero lo que me dan mis papás y lo que gano yo, apenas alcanza para costear un departamento como este. No me quejo, vivo sola, así que tengo el suficiente espacio para mí.

Terminé antes de lo esperado, y cuando volví a la sala, mi mamá ya no estaba.

Fui al otro cuarto que tenía asignado para ellos y como me lo imaginé, ella estaba dormida en la cama. No quise molestarla así que me regresé a mi cuarto, me recosté en la cama y tomé un libro. Una y cada una de las palabras que el escritor dejaba plasmadas ahí eran una parte de mí, porque ¿Qué sería yo sin aquellas páginas? Los libros no salvaron mi vida. Solo me ayudaban a combatir el aburrimiento y la soledad.

La vida no es una tonta novela de Wattpad.Where stories live. Discover now