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Corrió la cortina que atenuaba la luz de la mañana en su sala y estiró cada músculo de su cuerpo logrando sonar algún que otro hueso.

Abrió la ventana, dejando que ese curioso sol de media mañana le diera un cálido abrazo.

Armó las cajas que la noche anterior había dejado a un lado del sofá y comenzó a guardar todas las cosas que estaban a su alrededor. Álbumes de fotos, decoraciones significativas. Luego siguió con algunas cosas de su cocina y para el final dejó lo más difícil.

Entró a la habitación de su hermano. Observó cada rincón del mismo, abrió el ropero y acarició cada prenda perfectamente acomodada. Tomó algunas y las abrazó antes de guardarlas en una nueva caja. Se sentó en su cama y tomando el balón del suelo se echó hacia atrás elevandolo alto. Fue entonces cuando el nudo en su garganta se desató por completo y abrazó el esférico con todas sus fuerzas.

— Te extraño tanto.

Fue todo lo que pudo decir, mientras en su pecho se despertaba una tormenta. Extrañaba a Hiro, extrañaba a sus padres, extrañaba todo lo que era su vida antes de ese maldito accidente.

🍃

— ¿Crees que pueda hacerlo? —sus grandes pupilas rojas le suplicaban una respuesta que derribaría todas sus inseguridades.

Natsu lo miró por el rabillo de sus ojos seriamente, pero no pudo evitar reír al ver su propio reflejo en la mirada aterrada de su hermano. Cuando ella estuvo en su lugar, también tuvo sus mismos miedos.

— ¡Claro que podrás hacerlo! Además tienes frente a tus ojos a la mejor jugadora de la temporada, no puedes hacerme quedar mal.

— ¿Estás tratando de ayudarme o ponerme más presión?

El temor del otro se volvió cansino, a su hermana le encantaba presionarlo cuando estaba en ese estado, pero no era por maldad, sino porque sabía que él podía darlo todo y ser hasta mucho mejor que ella.

— Quiero que lo des todo sin acobardarte. Eres un jugador muy talentoso, Hiro-chan. Estoy segura que entraras a ese club y serás uno de los titulares.

— ¿Lo dices en serio?

— ¡Claro que ! Aún así, no puedo creer que hayas convencido a nuestros padres de ir a otra escuela solo para competir conmigo ¿Sabes que no podremos encontrarnos nunca ya que estamos en diferentes categorías?

— ¡Lo sé! —se cruzó de brazos totalmente ofendido— Me basta con competir hasta donde somos capaces de llegar, no quien gana en un mismo partido.

Natsu suspiró llevando una mano a su mentón y mirándolo con melancolía.

Eres tan complicado. A veces me pregunto como podemos ser tan opuestos.

— Somos mellizos, somos uno, compartimos la misma neurona, pero eres mi otra mitad. Yo tengo la mitad vaga y talentosa, tu la perseverante y triunfante.

Intenta odiarme... | Oikawa TooruWhere stories live. Discover now