26 - FINAL I

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El papeleo no dejaba de acumularse sobre su escritorio. Su colega no había tenido mejor idea que enfermarse todo el segundo cuatrimestre de preparatoria, por lo que ella tuvo que atender la pila de exámenes no sólo de segundo año sino también de tercero.

Expulsó un pesado suspiro, puso el último aprobado de la cuarta división de su clase y se dejó caer sobre el escritorio. Cerró sus ojos, permitiendo que los finos rayos del sol que filtraban la ventana del campus penetraran los poros de su piel al punto de sentir que estaba haciendo fotosíntesis. Bueno, no, en realidad estaba quedándose dormida.

Unos golpecitos en la puerta la volvieron en si, acomodando un poco su cabello y su ropa, dio permiso de ingreso.

— ¿Himura-senpai?

Natsu se sorprendió de ver a una de sus estudiantes de segundo ingresando a la rectoría a tales horas de la tarde casi noche.

— ¿Qué ocurre, Nakamura-san? Pasa, por favor. Siéntate.

Le ofreció la silla frente a ella y la muchacha aceptó. Su mirada baja y cabeza gacha estaba preocupando un poco a la mayor, Por lo que no le cuestionó nada, simplemente esperó a que ella comenzara con la explicación de su visita.

— ¿Ya terminó de corregir los exámenes?

Siseó mirando de reojo las hojas frente a ella, desviando el tema.

— Nakamura-san...

La menor bufó rendida, sabía que su maestra podía leerla como un libro, después de todo, era a ella a quien siempre acudía para lo que fuese. El nivel de confianza que habían enlazado entre ellas no solía ser normal entre estudiantes y profesores, pero esa niña tenía algo de lo que la mayor era consiente, se parecía mucho a ella a su edad.

— Me ofrecieron ser la capitana del equipo para el año entrante.

Espetó mirando hacia un lado. Natsu se emocionó internamente por aquello, pero la castaña no parecía nada contenta al respecto. Sabía que Nakamura tenía una personalidad dura y difícil de llegar, pero era una muchacha muy apasionada.

— Y la idea no te agrada porque...

Le incentivó a continuar, fue entonces cuando otro suspiro escapó de sus labios y volvió a mirarla como blanco de desquite.

— ¿Qué rayos me vieron? No lo entiendo. No soy compañera con ninguna de ellas, apesto colocando el balón, he cagado los últimos dos partidos consecutivos. Sólo sé hacer buenos saques, ni siquiera entiendo como sigo siendo titular.

Natsu pestañeo reiteradas veces atrapando cada palabra que escupió la otra y ver como al terminar se cruzaba de brazos totalmente ofendida. No pudo evitar reír bajo, lo que captó que la menor la viera sorprendida e igual de ofendida.

— ¿Estoy hablando contigo o con mi yo del pasado?

Cuestionó en voz alta aquel pensamiento que había atravesado su mente. Nakamura seguía sin comprender.

— Escucha... —aclaró su garganta y la miró con más intensidad— Cuando yo tenía tu edad también me encontré en la misma situación y también tenía el mismo pensamiento. "¿Por qué yo?", "Hay otras mejores", "Yo solo corro detrás del balón", y así muchas cosas más cruzaban mi mente. No dudé en cuestionárselo a quien era la capitana en ese momento, y ella sólo rió y sacudió mi cabello. Por un momento creí que se estaba burlando de mí, pero su sonrisa decía otra cosa, mostraba nostalgia y orgullo.

Sonrió al recordar aquel momento y pudo ver un destello en la mirada de su estudiante, por lo que continuó hablando.

— Cuando llegó mi momento de jugar el papel, en verdad me sentí abrumada. Todas las miradas estaban sobre mi, esperaban una guía y yo era el mismísimo desastre. —rió y su rostro se volvió igual de nostálgico— Hasta que... vi a alguien.

Intenta odiarme... | Oikawa TooruWhere stories live. Discover now