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El día por fin había llegado.
_ se terminaba de maquillar mientras que Sebastian se ponía los colmillos de lobo. Ambos ya estaban vestidos y solo agregaban los toques finales a sus disfraces.
Cuando estuvieron listos, salieron de la gran mansión y entraron en el auto que los esperaba para ir rumbo a la fiesta.
La conejita parecía algo nerviosa, Su caperuza le tapaba parte de la cara y se cubría el cuerpo con esta misma, mientras que Sebastian le miraba, ciertamente intrigado.
- ¿Sucede algo, Conejita? - Pregunto el gran lobo feroz mientras se acercaba lentamente a su pequeña presa. Ella miro en dirección a él y, al verlo tan cerca, no pudo evitar sonrojarse.
- N-no es nada.. Solo estoy algo.. Nerviosa.. - Las miradas de ambos se conectaron. Sebastian acerco su mano a la cara de su pequeña Caperucita y le acaricio la mejilla, ella cerro sus ojos y acurruco su cara en la cálida mano de su daddy.
- Todo estará bien bebé.. Yo me encargaré de que la pases genial - El lobo beso las mejillas de la conejita y la sentó en sus piernas para mecerla.
Cuando llegaron, ambos bajaron del auto y fueron recibidos por un mayordomo, el cual les dio unas "Copas de sangre" para darles la bienvenida.
Sebastian fue el primero en probar el líquido de color rojo carmesí, no quería que su bebé tomara alcohol y, cuando confirmo que no era una bebida alcohólica, le dió el permiso a su conejita para que bebiera.
Entraron al gran edificio y las luces de colores y la música no se hicieron esperar. La decoración era tenebrosa pero divertida y todos tenían disfraces increíbles.
La pista de baile estaba repleta, todos parecían disfrutar la fiesta.
La Caperucita tomo del brazo a su lobo para no perderse entre la multitud y ambos caminaron hasta la mesa de bocadillos. Allí había un hombre de cabello blanco y ojos amarillos disfrazado de un dragón dorado. Se veía muy sensual y estaba rodeado de chicas con disfraces sexys.
Sebastian se acercó a él y lo saludo calurosamente. Le había dicho algo, pero por el alto volumen de la música _ no pudo escuchar nada. Parecía ser el anfitrión de la fiesta, el Señor Kwan Changgok.
Las mujeres con disfraces sensuales miraron a la conejita con cierto despreció, lo que la confundió un poco. ¿Por qué la miraban como si hubiera matado a alguien?
La coneja, por miedo, se acercó al lobo y el Dragón la miro, para después sonreír mostrando sus dientes afilados.
- ¿Quien es está hermosa conejita? - Pregunto el de cabello blanco. Sebastián sonrió y tomo de la cintura a su hermosa acompañante.
- Ella es mi Bebé.. Su nombre es _ - El dragón tomo la mano de la coneja y beso está, haciéndola sonrojar. El lobo sintió leves celos, pero los esfumó rápidamente, no debía sentir celos por una acción tan común y corriente.
El resto de la noche paso volando.
_ y Sebastian habían estado bailando. El lobo le presento a varios más de sus colegas y ella podía sentir las miradas fulminantes de ciertas féminas celosas, pero no le importaba, estaba con su daddy y eso le era suficiente.
...
Ya eran casi las 4 de la madrugada y la fiesta había terminado. El lobo y La conejita iban de regreso a casa en el auto.
La castaña estaba dormida sobre el regazo de su daddy mientras qué el acariciaba su cabello.
