Capitulo #37

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Una sensación cálida y placentera acompañada del sabor a sangre lo despertó. 

Karin, después de estar un rato contemplando al albino, resolvió despertarlo pero como estaba tan débil no se lo pensó mucho para abrirle la boca y clavarse ella misma los afilados dientes del chico en el dorso de su mano. No fue como otras veces, esta vez lo hizo, no solo con la intención de despertarlo o curarlo, sino tambien de agradecerle ahora que había reunido el valor, ya que si esperaba más posiblemente lo perdería de nuevo.

Suigetsu abrió los ojos y dejó de morder la mano de Karin de golpe ya que por un instante se sorprendió de despertar de ese modo. Miró a la pelirroja a la cara y luego miró la mano de ésta que aun sangraba, su instinto fue volver su propia mano en ese liguido acuoso para sanarla pero la pelirroja retiró la mano de su alcance confundiendo aún más al peliblanco.

K: No...déjalo así -dijo sosteniendo su mano sangrante mientras tomaba aire-...está bien

S: pero te quedará marca -dijo como lo más normal del mundo

K: No importa. -dijo contundente -Ya que despertaste por favor escucha lo que te voy a decir porque no lo repetiré -intentando sonar agresiva ganándose la mirada curiosa y atenta del chico -...ahmm...bien...te quiero dar las gracias por...todo lo que dijiste antes, también por escucharme ayer y no presionarme -dijo mientras desviaba la mirada hacia un punto en la hierba -Yo...también estoy agradecida ahora de que hayas sido tú quien estaba en el laboratorio en ese momento, no digo que me alegre de haberte torturado solo...-no sabía cómo continuar o cómo decirlo.

Suigetsu estaba realmente interesado en lo que la pelirroja estaba intentando decir ya que nunca se habían sincerado tanto uno con el otro como el día de hoy. La escuchó soltar un largo suspiro y esperó con calma, justo como ella lo había hecho hace un rato con él.

K: Tal vez la manera en que nuestros caminos se cruzaron desde el principio no fue muy buena pero...quiero decir...ya desde antes de la guerra me había dado cuenta que somos muy buenos compañeros. Tal vez nos la pasemos discutiendo o insultándonos pero realmente hacemos un buen trabajo como equipo. Desde que la guerra acabó quise contarte todo pero pensé que tal vez lo tomarías todo como una tonta excusa...aparte que desapareciste de la nada -dijo en un tono que podía rayar en el reproche -...en fin...gracias por perdonarme Suigetsu, gracias por -su voz se rompió de pronto sorprendiendo al espadachín-...no culparme. Gracias por regresar y darme la oportunidad para aclararlo todo...ya no soportaba esa carga

Karin acabó sollozando en voz baja. Suigetsu la vio como una niña pequeña en ese momento, torció su boca en una sonrisa forzada y en un intento de hacer parar llorar a Karin dijo:

S: Supongo que tuvo que haber sido duro no tenerme cerca. Es obvio que lo que más deseabas era volver a ver este rostro -dijo en tono dramático consiguiendo que el llanto de Karin se cortara y que ella lo mirara estupefacta- Tranquila cuatro ojos, sé que es imposible resistirse a mis encantos

Lo consiguió. Karin soltó una carcajada.

K: Eres un idiota -dijo, pues era increíble que dijera esa clase de cosas en una situación como esa. Era más que obvio que lo que quería era alivianar el ambiente de nuevo y ella no pudo evitar sentir graciosas sus palabras

S: Claro claro! -dijo con sarcasmo -El primer sintoma es la negación -dijo otra vez dramáticamente

Karin volvió a reír mientras se secaba las lágrimas.

K: mejor porqué no vamos a comer? Creo que ya te está comenzando a afectar el hambre

S: La verdad si...muero de hambre.


Ambos caminaron hasta llegar al hotel silenciosamente, cada uno pensando en lo suyo, cada uno apreciando el momento. Sentían que algo había cambiado entre ellos, no era algo que se notara en el exterior sino más bien algo interno que les había permitido relajarse y, por primera vez, ser un poco más cercanos.

La excusa perfecta «SUIKARIN»Where stories live. Discover now