capitulo #33

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K: No vayas a pensar que todo lo que vas a escuchar son excusas o que te lo cuento para que me tengas lástima -el albino contestó con un "mmhm" mientras seguía comiendo -...trataré de explicar todo lo mejor posible.

Suigetsu siguió comiendo sin mirar a la chica directamente a los ojos, no quería arruinar ese ambiente de comodidad con el que había comenzado a hablar Karin.

K: Al principio fui una más de las herramientas de Orochimaru, pero luego comenzó a cambiar conmigo y comportarse de una manera más...normal? -dijo mientras levantaba un momento la cabeza para luego volver a tomar un bocado -mm, él comenzó a dejar de utilizarme a su antojo y pasó a enseñarme sus laboratorios y a decirme que si yo quería podía sanar, que si no quería nadie debería forzarme. No puedo decir que le tuviera ningún aprecio, era más como un agradecimiento por haberme sacado de la aldea. Desde que él me tomó como su ayudante en los laboratorios conocí a varios de los que trabajaban para él. Entre esos a Kabuto.

Karin hizo una pausa para beber un poco de agua y atenta vio cómo el peliblanco seguía en lo suyo. Se sintió un poco molesta pero a la vez aliviada. Ya había comenzado a hablar y sabía que ya no tendría excusa para detenerse, sin embargo tampoco quería hablar con la pared, sería aun más incomodo si su receptor no dijera nada.

K: No vas a preguntar nada? 

S: mm mm -dijo negando -Solo continúa, si tengo alguna pregunta te la haré -dijo mirándola un solo momento

K: Bien...-dijo suspirando, resignada -Entonces seguiré. Con el tiempo, Orochimaru me asignó a aprender jutsus médicos y para eso tuve que pasar mucho tiempo con Kabuto. No te voy a mentir, Kabuto me pareció interesante desde el inicio, era muy inteligente, tenía un carácter suave y parecía amigable, aparte que su chackra era muy complicado, era oscuro y sanguinario pero al mismo tiempo era calmado...no le veía ningún defecto. Incluso muchas veces me pregunté cómo alguien tan tranquilo podía ser la mano derecha de Orochimaru.

Karin aprovechó que el mesero andaba cerca y le hizo una seña con la mano. El joven se acercó inmediatamente y con una pequeña reverencia esperó el pedido de la chica.

K: Podrías traerme una botella de vino tinto por favor?

M: Por su puesto señorita le traeré nuestra mejor reserva -Karin le sonrió y el joven se fue 

K: Despues de un tiempo descubrí que Kabuto era un verdadero monstruo, pero no podía hacer nada. Necesitaba aprender de él y ya en ese entonces había decidido ser científica al igual que Orochimaru...era fascinante descubrir cosas nuevas cada día y la verdad yo no era una persona que se interesara mucho por si alguien sufría o no, después de todo yo también había sido torturada.

Suigetsu la miró contrariado

K: Si. Era un poco mezquina en ese sentido.

S: Ya veo...

K: Pero cuando llegó la hora de probarme que realmente no me importaba el sufrimiento ajeno me di cuenta que solo lo soportaba hasta cierto punto. No soportaba ver a alguien al borde de la muerte y siempre terminaba dejándome morder -dijo con un movimiento de brazos en muestra de resignación -. Para esa época supongo que ya eras tu quien se encargaba de los reclusos

S: Posiblemente...a diferencia tuya yo no toleraba dejarlos medio muertos, se me hacía una pérdida innecesaria y aburrida de mi energía -dijo como si hablara de cualquier vanalidad

K: En fin...Orochimaru estaba muy ocupado en ese entonces así que me hizo que Kabuto se encargara de mi -terminó suspirando.

El mesero llegó con la botella de vino y sirvió ambas copas.

La excusa perfecta «SUIKARIN»Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora