C6: Nuevas experiencias.

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—Yo me fugaré muy pronto —dijo el hombre con total naturalidad y le preguntó—. ¿Serás mi cómplice?

Era una propuesta tentativa. Pero, ¿a dónde se iría si aceptaba fugarse de la cárcel? No lo aceptarían en ningún trabajo ya que en sus documentos aparecía que ya había estado preso. Y, lo peor del caso es que volvería a dormir en la calle o las escaleras de algún edificio. Tampoco quería lavar platos y utensilios en las cocinas de restaurantes para conseguir comer.

Aunque, sinceramente, la comida de los presos es incomible. Sin embargo, tenía donde dormir.

—El problema es que no tengo trabajo ni casa.

—Te podría ayudar con lo del trabajo —ofreció "Holland", ese era el apellido que tenía en su uniforme.

— ¿Cómo? —preguntó Derek interesado.

—Podría conseguirte una oportunidad con mis jefes y no te hacen trabajar mucho, sólo debes matar a unos cuantos por semana.

— ¿A ti te atraparon por asesinar?

—No, en realidad, estoy aquí por robar en varias tiendas del centro y usar las tarjetas de crédito de la gente que he asesinado. El incidente del asesinato de mi ex compañero, sólo ha añadido un año más —explicó Holland—. Es difícil que te atrapen cuando trabajas para unas personas como ellos, sin embargo, a varios compañeros les ha pasado.

—Consideraré lo del trabajo, pero aún no tengo donde vivir.

—Podrías aplicar para ser acogido en una familia —sugirió Holland.

— ¿Cómo hago eso?

—Sólo debes llenar una planilla con tus datos y entregarla a la alcaldía, ellos te asignarán una familia —explicó.

—Es buena opción —dijo Derek.

—Sí. ¿No tienes familia en el país?

—No.

Y la verdad es que no tenía parentescos en ningún lugar, estaba solo en el mundo, al fin y al cabo ni siquiera pertenecía a una familia en realidad.

—Podremos escapar hoy por la noche —Holland miró a Derek y sonrió con amargura y malicia.

— ¿Cuál es el plan?

—Entramos en el ducto de la basura que está en el baño —explicó él sin borrar la sonrisa—. El ducto nos llevará al basurero donde toda la basura de la cárcel se recolecta.

Llegada la noche, cuando todos los presos ya dormían, pusieron su plan en marcha. Entraron al baño, primero Holland se introdujo en el ducto y se desplazó por él, agachándose, seguido por Derek.

Luego del largo trayecto por la tubería, llegaron hasta el basurero.

—Si quieres vamos ahora a hablar con mis patrones —sugirió Holland, mirando el cielo que durante tanto tiempo no veía.

—Sí, vamos.

Y así, los dos tomaron un bus, siguieron la ruta indicada y bajaron del vehículo. Caminaron unas cuantas calles, llegando a una casa algo vieja.

—Aquí viven ellos —indicó el hombre que había estado preso junto a Derek.

Luego de decir eso, llamó al timbre. Nadie abrió, el timbre fue tocado una vez más y la puerta se abrió, dejando ver a un hombre alto y delgado con varios tatuajes en sus brazos.

—Holland —dijo el que había abierto la puerta.

—Morrison, de nuevo nos vemos.

— ¿A qué vienes? —preguntó el hombre aún sosteniendo la puerta.

—El chico solicita un trabajo —dijo Holland señalando a Derek.

El que se hacía llamar "Morrison" observó a Derek esperando a que dijera su nombre y apellido.

—Derek Hinault —pronunció su nombre rápidamente, por alguna razón no sé sentía bien estando allí.

Luego de eso, entraron a la casa. Se sentaron en dos viejos sillones y charlaron con cuatro hombres que también estaban presentes allí. Al igual que "Morrison", ellos cuatro también eran los patrones de la asociación.

Entrevistaron a Derek y al ver que no presentaba datos sospechosos para delatarlos, lo aceptaron. Claro, no sin antes de que firmara, pusiera su huella y número de identidad en una planilla.

Oficialmente Derek Hinault había sido contratado para asesinar gente. Él creía que así ganaría mucho dinero, pero jamás imagino que su trabajo lo metería en un lío, y este no tenía nada que ver con la cárcel.


Experimento 366Where stories live. Discover now