C1: Creaciones y heridas.

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Capítulo 1: "Creaciones y heridas"

Laboratorio de Florida.

Recreación del Big Bang, recreación de un meteorito y las múltiples teorías e hipótesis, hechas por científicos sobre el fin del mundo. Pero, por ahora, los científicos, sólo se centraban en la creación de un robot con características del ser humano.


La diferencia entre el robot y los humanos es que, había sido creado, pero no poseía poderes superiores a los de una persona común y había sido creado para comprobar si la "raza robótica" podía estar bajo el mando de la humanidad, suena loco, pero seamos lógicos, los científicos lo son. Seguramente el androide sería involucrado en planes nada productivos ni buenos.

Después de 3 duros años construyendo el robot con aspecto de humano, al fin habían logrado terminar el proyecto. Ahora sólo quedaba comprobar si todo ha tenido buen resultado.


La primera prueba se enfocaba en la vista. Leyendo libros, leyendo palabras de lejos, distinguiendo los colores y la lejanía o cercanía de las cosas; se logró confirmar que la vista del chico-robot era eficiente.


La siguiente evaluación se trataba de la audición. Para constatar esto tuvieron que realizar una audiometría. Se llevó al androide hacia un cuarto a prueba de sonidos, en donde le facilitaron unos auriculares. Realizaron la prueba llamada "pure tone" para averiguar qué tonos y volúmenes podía escuchar.

Además se realizó otro estudio para verificar el funcionamiento de su oído interno. Se colocó un extremo de los auriculares detrás de su oído y el otro extremo enfrente de su otro oído. De esta forma, cada vez que se escuchaba un sonido, el robot presionaba un botón.

La prueba de audición tuvo un resultado efectivo.

De la misma manera, se realizaron otros exámenes para comprobar el correcto funcionamiento de las extremidades y el olfato.


Ya sólo faltaba el último diagnóstico: el conocimiento, así que encerraron al robot en una celda de metal y lo conectaron a una máquina que emitía sonidos y vibraciones constantemente dependiendo del resultado obtenido.


El examen tuvo un resultado positivo y abrieron la puerta de la celda con seguridad eléctrica. El chico-robot salió de la celda de metal y corrió hacia uno de los ascensores. Todos corrieron hacia los elevadores intentando detenerlo, pero él ya había bajado a la primera planta y se dirigía a las salidas del gran laboratorio e intentó huir. Se escondió detrás de un autobús y así logró que lo perdieran de vista.


Este robot sabía que debía seguir órdenes, pero simplemente no quería, sabía que había sido creado contra el mal.


Ahora sí, estaba en el mundo exterior sin saber qué hacer ni a dónde ir. Se subió al autobús, detrás del cual se había estado escondiendo, y ahora, iba sin rumbo fijo.


El transporte iba lleno, sólo había un asiento disponible así que él se sentó ahí. Miró a toda la gente. Una mujer con cabello largo, peinado en una trenza; era acompañada por un niño de 4 años, con ojos avellana, rulos y vestido con un uniforme. También habían muchos ancianos, algunos con bastón, otros leyendo periódicos y libros o sentados mirando a través la ventana. Jóvenes y trabajadores también ocupaban lugares en el autobús.


Él miró a la persona a su lado, una joven ocupaba la otra parte del asiento. La cara no se le veía muy bien, ya que, estaba volteada hacia la ventana.

Todo parecía tan normal hasta que luego de un rato, el autobús empezó a moverse bruscamente.

Se escuchaba como el conductor intentaba mantener todo en orden, pero seguía sin poder resolver la situación. Intentaba frenar el vehículo, pero no podía. Aceleraba y daba bruscas vueltas. Los pasajeros se asustaban cada vez más. Iba a toda velocidad sin poder detenerse.


El autobús chocó de manera violenta contra un poste de luz y una ventana se rompió. Y esa ventana era justo a la izquierda de donde estaba sentado el robot-humano. La chica a su lado ocupaba el lugar al lado de la ventana, y por lo tanto, tenía una ligera herida en su pierna. Ella sollozaba por el dolor que la herida le producía.


Se oyó otro estruendoso ruido. El transporte seguía moviéndose mucho. Otra ventana se había roto. Las personas no dejaban de gritar, pero lo único que el robot humano oía claramente eran los sollozos de la chica sentada a su lado.

Experimento 366Where stories live. Discover now