C21: Más discusiones.

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Derek, luego de salir de aquella empresa en la cual casi lo descubren, se dirigió apresurado al Optra azul que Mick le había facilitado para su trabajo. Debía quitarse ese uniforme horrible de Todd Smoore y conseguir la manera correcta de hacerlo ya que no podía llegar a la casa de la familia Montblack usando ese atuendo.

Conducía por las calles tan rápido como podía, sin embargo, el tráfico aún seguía siendo abundante a esas horas y eso no era de gran ayuda. Era difícil movilizarse en aquella ciudad donde todo estaba tan congestionado; la temperatura estaba casi en treinta grados, pero la gente de Ocala sale de su casa sin pararle al tiempo meteorológico. No les importa si hay oleadas de calor, si se congelan de frío o hay niebla por doquier; los habitantes saldrán como en cualquier otro día normal, sin embargo sus maneras de actuar en la calle eran diferentes ya que cuando había mucho calor o frío se desesperaban, no dejaban paso libre ni para las ambulancias y las avenidas se llenaban con gritos de angustia de aquellos apurados y amargados.

Derek logró movilizarse hasta llegar al Pizza Hut más cercano. Bajó en aquella pizzería conocida mundialmente, no sin antes estacionar el auto. Observó el techo rojo con el letrero que ponía el nombre del restaurante y entró por la puerta de vidrio. Su siguiente acción sería buscar el baño y dejar la incomodidad que ese traje robado le hacía experimentar.

Antes de hacerlo, se dedicó a mirar el llamativo lugar. El color rojo predominaba y era algo entendible, parece que ese color representa a la pizza. Además de las mesas y sillas tradicionales, habían sofás alargados los cuales podían ser compartidos ya que disponían de mucho espacio. Las mesas estaban distribuidas en hileras. Cada cosa iba en su lugar, los manteles rojos a cuadros y las lámparas colgantes del mismo color eran ejemplo de ello. El sitio dotaba de mucha armonía y más sí el olor del lugar provenía de las pizzas crocantes que se preparaban en dicho restaurante en esos momentos.

Derek dejó lo que al parecer era una distracción y caminó hasta el baño de hombres que se ubicaba en una esquina al final del recinto, pero que era lo suficientemente visible estando en la entrada. El baño de caballeros disponía de cuatro cubículos, cuatro lavábamos con espejos al frente y dispensadores de toallas para secar las manos al terminar.

Empujó la puerta del último cubículo, la cual se encontraba medio abierta. Mala opción, una anciana de 65 estaba sentada encima de la tapa del inodoro, con los ojos cerrados y el cigarro deslizándose entre sus arrugados dedos. ¿Este no era un espacio prohibido para fumadores? ¿Qué hace una vieja de 65 años de edad, fumando en el baño de caballeros? Abrió los ojos y retiró el cigarro al expulsar el humo por su boca.

— ¿Lo siento? —inquirió Derek desconcertado ante la imagen que presenciaba.

La mujer mayor vestida con una camisa celeste estampada con rosas amarillas y rojas, dio unos pasos hasta él y pasando una mano por su cabello negro —el cual era teñido— empezó a soltar improperios.

— ¿Quién te da el derecho de interrumpirme? Eres un mal nacido, descarado, inoportuno e inepto.

—Señora, yo no...—no pudo terminar la frase ya que fue interrumpido.

— ¡No hay justificación, idiota! —exclamó frotando su mano sobre el pantalón azul desgastado que traía y, acto seguido, volvió a poner el instrumento, que pronto podría acabar con su vida, entre sus dientes pequeños y amarillos—. No me interesa si tienes una vejiga pequeña.

¿Y es que ahora esta anciana tenía el síndrome de Lizbeth al llamarlo "idiota"?

Derek escuchó el sonido de un inodoro y una puerta abrirse, salió de aquel cubículo sin decir nada más y entró al del lado izquierdo al ver que un hombre pelirrojo y con un piercing en su labio, había terminado. Cerró la puerta rápido y dejó la mochila encima de la tapa del sanitario blanco.

Experimento 366Donde viven las historias. Descúbrelo ahora