C15: Lluvia, Lizbeth y enamorar.

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¡Joder! Derek había dejado la ventana de la habitación abierta. ¿Cuándo su torpeza dejaría de causar problemas?


— ¡La ventana! —exclamó Derek preocupado y nervioso, abrió la puerta y se sentó en el asiento del copiloto.


Mick procedió a ocupar el asiento del conductor sin entender qué ocurría con Derek.


— ¿Qué pasa? —le preguntó confundido.


—Dejé la ventana abierta —explicó Derek rápido.


Mick rió sin darle importancia a la preocupación de Derek.


— ¡Conduce hasta la casa de la familia Montblack! —hablaba rápido y de forma atropellada.


Mick hizo caso a sus palabras y giró la llave, encendiendo el auto y arrancando con velocidad. Pasó por los dos semáforos que se encontraban en el camino sin mirar las luces y casi se lleva por delante a un motorizado.

Llegaron a la casa de los Montblacks. Derek bajó del auto. Se dirigió al jardín y buscó la escalera. Trepó por ella y subió a la ventana abierta. Entró a la habitación y pudo notar la pared de la ventana y el suelo mojados.

Mick también subió.

— ¡Has metido la pata en el barro! —exclamó este al ver el estado de la pared y el suelo.

Derek corrió bajando  a la sala para poder buscar el lampazo. Se dirigió al lavadero con cuidado para no tropezar con nada. Al entrar al pequeño cuarto y agarrar el lampazo, algunos  objetos de limpieza que se encontraban allí, se cayeron produciendo un ruido estruendoso.

Derek no se molestó en recoger las cosas que se habían caído y, con el lampazo en manos, salió corriendo. Subió las escaleras, iluminando los escalones y sus pisadas con la linterna.

Dejó la linterna en el escritorio y pasó el lampazo por el suelo mojado. Luego se dirigió al baño, agarró un pañuelo y limpió la pared de la ventana.


—Me salvé de un problema más —suspiró Derek que luego de haber cerrado la ventana, se sentó en la cama.


— ¿Saliste con la familia Montblack? —preguntó Mick, quien había puesto la silla del escritorio frente a Derek y se sentó allí.


—Sí. Cuando estaba hablando contigo, el señor Montblack vino a decirme que los acompañara a una cena familiar —le explicó mirándolo.


—Ya entendí porque me colgaste...¿escuchó algo? —lo miró preocupado.

—No.

— ¿Qué has adelantado en cuánto al asesinato?

—No me parece bien la idea de asesinarlo.

— ¿Te pedí opinión? —ambos se miraban con el ceño fruncido.

—No, pero no mataré al señor Montblack —respondió Derek con disgusto en su voz.

—Estás condenado a seguir mis ordenes —le reprochó Mick.

— ¡No seguiré tus ordenes! —gritó Derek frustrado.

— ¡Debes hacerlo! Tienes un contrato —dijo Mick alzando su voz angustiado.

Experimento 366Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz