~𝙲𝚑𝚛𝚒𝚜𝚝𝚖𝚊𝚜~

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Frank había despertado a Gerard muy temprano la mañana de navidad para que los niños les diesen un espacio antes de que se levantaran a abrir sus obsequios, la noche anterior se habían ido a la cama muy emocionados ya que Santa les visitaría y como habían sido unos buenos niños ese año, les traería lo que habían pedido.

Lily tenía cuatro años y los gemelos habían cumplido dos en septiembre, para gusto de Gerard, sus bebés estaban creciendo demasiado rápido.

—¿Me vendarás los ojos Frankie? —le preguntó Gerard en tono divertido cuando llegaron al final de las escaleras, Frank había secado una tela negra y se la había mostrado.

—Sip, le dará más suspenso a mi sorpresa —le dijo.

—Vale —respondió Gerard, le dio un pequeño beso a Frank y se giró para darle el espacio necesario de atarle con libertad.

—Ya está —Frank lo tomó de la mano para comenzar a guiarlo—. Sigue mis pasos amor.

—Ay Frankie ¿Falta mucho?

La privación de la vista siempre era un punto débil para Gee, se sentía inseguro de caminar a tientas, aunque Frank aferraba su mano con fuerza asegurándose de no dejarle caer.

—Un poquito más.

Al cabo de unos minutos finalizaron el recorrido, Frank situó a Gerard al centro de la habitación y retiró la venda que le impedía mirar.

—Puedes ver —susurró contra su oreja.

Inevitablemente el corazón de Gee comenzó a latir con mucha más fuerza, lágrimas surgieron de sus ojos esmeralda, con pasos torpes caminó hasta estar a centímetros de distancia de la pared.

Con la yema de sus dedos comenzó a acariciar el cuadro frente a sus ojos, el óleo brillaba.

Y la imagen preciosa y perfecta.

Se sintió exactamente igual que aquella tarde hace un par de años atrás, cuando Frank pintó aquella pared con lirios para Lily y Helena, ese vínculo que tanto le había costado abandonar en su antiguo hogar.

Ahora la pintura que Frankie le había dado era diferente, un cuadro enorme pintado a mano reposaba en la pared de su estudio, eran ellos dos y sus tres hijos, abrazados y sonrientes, el detalle era tan exacto que parecía ser una foto, pero eso no era lo que le conmovía.

Se robó su corazón y su total atención aquella guía fina y delicada de tallos verdes que rodeaba su cuerpo y el de Frank, luego se enredaba en sus hijos pero en cada uno de ellos, a la altura de su corazón florecía un pequeño lirio rosado con blanco, los que Gerard reconocía a la perfección; la guía no se cortaba, subía por los laterales y se conectaba con unas alas blancas que estaban sobre ellos y les cubrían, en ellas también había un lirio.

Todo ello representaba el bonito vínculo que existía en su familia, Gerard admiraba una y otra vez esa preciosidad, era simplemente perfecto.

—¿Te gusta? —preguntó Frank abrazándolo por detrás, enlazando sus manos sobre el vientre de Gee.

—Es perfecto Frankie... —susurró bajito, se giró y abrazó con fuerza a su pareja.

Frankie, sus hijos y él iban a estar unidos por siempre, Helenita en la imagen representaba al ángel que les cuidaba siempre.

Una representación que Gerard atesoría de ahora en adelante como una de sus posesiones más preciadas, agradecía en demasía que fuese un cuadro que podía cambiar de lugar, así no tendría que abandonarlo nunca.

—Feliz navidad mi amor —dijo Frank.

—Gracias bebé, eres el mejor.

Se separaron un poco y Frank limpió con sus pulgares y mucha delicadeza las lágrimas traviesas de Gee, luego se acercó sus labios para besarlos con suavidad.

~𝙻𝙸𝚁𝙸𝚄𝙼~ ➛FrerardDonde viven las historias. Descúbrelo ahora