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Trancurrienron tres días en los que Mikey Way no había abandonado el hogar de los Iero, estaba paranoico revisando a cada rato afuera en el vecindario, miraba por las ventanas, cualquier ruido de auto lo tenía alerta, dormía en el sillón y casi no había conciliado el sueño por culpa de la vigilancia, a Gerard le preocupaba verlo así y por más que había insistido en que estarían bien, su hermano no lo escuchaba.

A pesar de no haber dormido mucho la noche anterior porque la niña no paraba de moverse, Gerard había despertado temprano esa mañana para terminar de acomodar las cosas que Frank se llevaría en su maleta, sabía que su rostro no lucía de lo mejor porque aunque trataba de no demostrarle sus afectaciones a su pareja era casi imposible, su expresión de preocupación lo decía todo.

—Gee ¿Estás seguro que no quieres que me quede? —Frank preguntó rodeando con sus brazos la cintura del pelinegro, dejando un casto beso en su cuello.

Gerard negó como respuesta y colocó sus manos sobre las de Frank, dejó ir su cabeza hacia atrás acomodandola en su hombro, esas caricias le reconfortaban muchísimo, ambos comenzaron a sentir las pataditas que se estaban haciendo presentes por algo de atención también.

—Estaremos bien Frankie, no te preocupes.

—¿Estás seguro? Hace un par de días te noto inquieto y apagado ¿qué pasa amor? Yo también estoy nervioso por la llegada de esta señorita pero todo estará bien.

Gerard se volteó para abrazar a Frank escondiendo su  rostro en su pecho dejando escapar las lágrimas que había estado deteniendo desde el incidente de días atrás, sentía que el miedo estaba apoderándose de él y no quería, esa sensación era terrible, sin contar el sentimiento de culpa que lo quería ahogar por ocultarle algo tan importante.

—Calma mi amor, todo estará bien —Frank sin querer le daba esperanzas para que resistiera por una razón que era inexistente para él, por el momento.

Con besos y caricias logró que Gee se sintiera un poco mejor, un par de horas después con la duda dentro de su sistema tuvo que abordar el taxi que lo llevaría al aeropuerto prometiéndole a sus tesoros que los extrañaría un montón y estaría de vuelta en casa muy pronto.

Tan pronto como Mikey se aseguró que Frank ya estaba largo, sacó sus máximas energías y se apresuró a textearle a Kristin y a Ray.

La operación "Deshacerse de la perra tóxica y loca" comenzaba, a y también de Robert.

Mientras esperaban, con ayuda de Gerard comenzó a alistarse, primero se colocó la peluca de cabello largo rubio, aquella que Gerard solía usar cuando actuaba como Shakira, luego vino el maquillaje, Gerard hizo arte, Mikey quedó irreconocible, en realidad parecía una chica, una chica de esas enojonas que aparentan ser difíciles pero que por dentro son un amor.

Después vino la ropa, acomodaron una espuma en su vientre plano para que simulará una pequeña pancita de embarazo y Gee le prestó una de sus primeras camisas de maternidad, una chaqueta, pantalones y botas, ¡voilà! Michaela estaba lista para la acción.

—Mi amor, por ti podría sacrificarme y ser lesbiana, ¡estás divina! —le comentó Kristin un tanto divertida.

—Claro que haríamos una linda pareja —le guiñó un ojo.

Siguieron bromeando para despejar el ambiente hasta que Ray llegó, ahora sí, daban comienzo. El plan era fácil, Mikey se haría pasar por un chico embarazado pero que a la vez se creía mujer (esto era para no ser reconocido como el hermano de Gerard), le diría a Linz su cuento, el de la cartera, estaría con ella unos minutos, cuando ella le ofreciera algo de tomar él aceptaría, luego cuando ella fuera a la cocina, él rápidamente iría al mueble que Gerard le indicó, tomaría las fotos, cuando Lindsey volviera tomarían el te, él recibiría una llamada de emergencia y se iría, directito a recoger a Gerard e ir a la policía, en teoría era fácil.

Ambos hermanos se despidieron con un abrazo, rogándole a todos los cielos que todo saliera bien.

*

—No estés nervioso Gee, todo saldrá bien —Ray lo trató de animar al ver como Gerard caminaba de un lado a otro en la sala viendo su teléfono a cada minuto.

—Estoy nervioso Ray, tengo un mal presentimiento.

—Tanquilo, recuerda que no debes estresarte, hazlo por ella —señaló su vientre y abrazó a su mejor amigo—. Ahora miremos una película para mientras, de esas que las que te gustan.

—¿Vacaciones?

Ray sonrió y asintió contento de ver que Gee se animaba. Fueron a la habitación y el de cabello rizado prendió la televisión dándole a Gee el control para que buscase la película mientras el hacía unas palomitas que había traído.

La película iba por la parte donde la familia encuentra el "lago" y Gerard no podía más con la risa, esa era de sus películas favoritas, había reído tanto que sentía que iba a tener a la criatura ahí mismo por la fuerza que hacía su abdomen, trató de calmarse por su propio bien pero era imposible, solo con ver la cara del actor volvía a romper en carcajadas, Ray estaba contento que había logrado distraerlo lo suficiente, esperaba que al finalizar la comedia ya tuviesen noticias de Michaela.

El timbre sonó sacándolos a ambos de su trance, Ray no le tomó importancia y fue a abrir, pidiéndole a Gee que continuara, que él no tardaría.

¿Quién podría haber sido? Cinco minutos y Ray no volvía, le llamó la atención.

—Rayito ¿quién era? —habló desde su cómoda cama, pero no obtuvo respuesta de Ray.

Una figura casi desconocida apareció en el umbral de su puerta, su corazón latió a mil y trató de esconderse entre sus sábanas inútilmente.

—Vete de mi casa.

Una terrible sonrisa apareció en el rostro de Robert McCracken, sus dientes amarillos provocaron las náuseas en Gerard, o talvez era por estar en esa situación.

Se acercó donde estaba Gerard y se lanzó sobre él. Way trató de forcejear pero pronto su cuerpo dejó de responder y todo se volvió negro.

*

Desde que Frank despertó sentía una rara presión en su pecho pero no le tomó importancia, quizá había dormido mal.

Pero esa sensación incrementó a medida que el taxi se alejaba y llegaba al aeropuerto, por una extraña razón tampoco podía sacar a Gerard de su mente, no era igual que siempre que pensaba en él, esta vez era su rostro preocupado lo que no podía borrarse.

Antes de que el chófer llegara a su destino le pidió que por favor lo llevara de regreso al lugar donde lo había recogido, sacó su móvil y habló con Cara para que ella se encargara de cubrir su ausencia, no viajaría, no dejaría a Gerard, algo le decía que debía quedarse.

Apenas el vehículo aparcó vio que había un taxi enfrente a la puerta de su casa y la presión en su pecho aumentó.

Sus manos comenzaron a temblar y con un profundo miedo bajo del vehículo dejando abondonada su maleta, nada le importaba más que ver a sus amores y deshacerse de ese mal presentimiento.

Pero todo empeoró cuando notó que la puerta estaba abierta, el cuerpo de Ray yacía tirado en la sala a un lado de un sofá y los gritos de Gerard se oían desde la habitación.

De pronto todo fue silencio.

~𝙻𝙸𝚁𝙸𝚄𝙼~ ➛FrerardDonde viven las historias. Descúbrelo ahora