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—¡Awww Gee! —chilló Mikey dando pequeños saltitos—. Es preciosa, creo que va a tener tu nariz, mírala mírala —decía tan emocionado, ignorando el hecho de que su hermano también miraba la pantalla frente a ellos.

—Apuesto a que sí —intervino Amber.

—Yo digo que se parece a Frankie, mira su boquita...

—Y tiene cabello —acotó la rubia.

—¡Yei! podremos ponerle cintillos muy lindos Gee.

—Debemos comprar muchos más porqué no pienso ponerle gorritos, no me gustan —dijo Gerard.

—¡Miren chicos! ¡Sonrió!

Los tres sonreían viendo la imagen de la pequeña Lily en el ultrasonido 3D que le estaba realizando su ginecóloga, Frank moriría de la alegría cuando viera la fotografía de la bebé.

Fue de improvisto que le hicieran una ecografía de ese tipo porque sin dudas a Gerard le habría encantado estar con Frank a la par suya, pero los ojitos brillosos de Mikey valían muchísimo la pena también.

—Bueno Gee ve a cambiarte, te espero para darte las indicaciones —le orientó su doctora una vez terminaron de festejar por ver a Lily, ya se estaba haciendo costumbre que siempre que Gerard Way fuese a consulta, éstas acabaran en celebraciones, Amber iba a extrañar sus visitas.

—Vale.

Varios minutos después los hermanos estaban saliendo del consultorio hacia el mall a empezar su día de compras, Amber le había explicado a Gee que debía mantenerse tranquilo estos últimos días de embarazo, no debía exponerse a situaciones como las del día anterior porque podrían provocarle que se le subiera la presión y eso conllevara a un parto prematuro, pero de ahí todo estaba perfecto, la niña iba a estar lista para nacer en la fecha que tenían prevista, no había nada de que preocuparse más que comer bien y seguir con sus ejercicios, ahora más que nunca porque de vez en cuando sentiría dolores en la parte baja de la espalda por el peso de la criatura (cargar un bebé de casi 9lbs no era juego) y también su vientre pesaría más pero que era totalmente normal.

Haber hablado con ella los alivió demasiado ya que estaban seguros que la bruja no les había hecho nada.

El mall estaba cerca del consultorio y no les tomó mucho tiempo llegar, estando ahí entraron a la enorme tienda para bebés que había, parecían dos niños pequeños que visitaban por primera vez un parque de diversiones, miraban todas las cositas maravillados y eso que habían ido a esa misma tienda, muchas veces.

—¿En qué puedo ayudarlos? —los interrumpió una señorita cuyo nombre era Frances.

—Estamos buscando los muebles para el cuarto de ésta princesa —se adelantó Mikey a hablar.

—Claro, síganme.

Recorrieron varios pasillos hasta llegar a la sección de las cunas y los demás artículos.

—Mira Gee ésta está linda.

—Me gusta más ésta Mikes.

Gerard había escogido una blanca con detalles de colores tallados a mano aparentemente.

—Esta bonita también, pero yo quería esa.

Mikey había escogido una cuna color lila que tenía pequeños unicornios dibujados en el borde.

—Es que... —trató de explicar sus motivos para escoger la cuna para no hacer sentir mal a Mikey pero éste lo interrumpió.

—Pero nos llevaremos esa —señaló la que había escogido Gee, no iba a ser caprichoso y pasar sobre los deseos de su hermano.

~𝙻𝙸𝚁𝙸𝚄𝙼~ ➛FrerardDonde viven las historias. Descúbrelo ahora