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—Si le tienes tanta fobia a las agujas no entiendo para que insististe en hacerte este ridículo examen si ya sabemos la respuesta.

Mikey rodó los ojos una vez más en el día, le había tocado prácticamente chinear a Gerard para que se dejara sacar sangre.

—También ya discutimos sobre este asunto Mikey.

El de lentes solo suspiró, iban de camino al consultorio para la ecografía y luego volverían a traer los resultados.

*

Frank había decidido preparar una cena especial para Gee, lo había descuidado un poco las últimas semanas al haber estado ocupado con la grabación de Medicine Squad Garden pero era algo que tenía que hacer, amaba tener pequeños detalles para con su más grande amor, aunque una canción no era precisamente un pequeño detalle, pero él lo valía todo.

Como Gerard le dijo que volvería para la cena, tenía tiempo suficiente para ir de compras y preparar todo para una cena perfecta.

Justamente ese día se levantó con antojos de camarones y otros mariscos, anotó en un papelito todo lo que iba a necesitar y partió.

*

—Buenas tardes señor Way, puede pasar la doctora lo está esperando.

Ambos hermanos se pusieron de pie y caminaron ansiosos por aquel pasillo que sentían eterno, hasta toparse con una puerta café que tenía a una figura de una mamá osita con su bebé en brazos.

—Pasé —contestó una voz femenina a los golpecitos que Gerard había dado.

—Tranquilo Gee todo saldrá bien, yo estoy con ustedes —le susurró Mikey antes de que entraran completamente.

—Buenas tardes señores, un gusto, soy Amber, ¿quién de los dos es el afortunado?

La mujer tenía unas facciones muy finas y una sonrisa atrayente, Mikey estaba perdido viéndola, pero se regañó mentalmente y decidió apreciar la decoración del lugar.

—Soy yo, Gerard, mucho gusto —le ofreció su mano—. Él es mi hermano, Mikey.

Después de las presentaciones pasaron a lo serio.

—Bien Gerard, primero haremos el ultrasonido, que es lo que te va a sacar de dudas definitivamente, aunque con tres pruebas caseras es más que suficiente.

—Es lo que yo digo —interrumpió Mikes, ganándose una mirada retadora por parte del mayor.

—Luego de eso y si tú lo deseas, podemos realizar tu chequeo y levantar tu historial clínico para ser yo tu médico tratante —Gee solo sonrío y asintió—. Bien, ve a ponerte la bata que está en el baño y te acomodas en la camilla que está en el cuartito de enfrente.

Con las manos temblando por el nervio logró desvestirse y ponerse la bata celeste con puntos azules, y para cuando se acostó se sentía helado como témpano de hielo.

—¿Listo? —preguntó ella levantando la bata de Gee y dejando al descubierto su vientre.

—¿La verdad la verdad? Creo que no.

—Eso no es lo que le dices a Frank, así que has silencio.

—¡Oye!

—Por incrédulo te toca invitarme al almuerzo, James y yo queremos ir a Hooter's.

—En todo caso seria yo el que supiera lo que el bebé quiere, ¿no crees?

—No te creas, él y yo tenemos una conexión especial.

Gerard río pero se sobresaltó al sentir el gel en su piel, hacia mucho que había olvidado esa sensación.

—Bien, aquí vamos —ella empezó a guiar el aparato.

*

Frank no podía explicar la felicidad que sentía, era algo que surgía desde sus adentros sin embargo no hayaba un motivo en específico, llegó a la conclusión que talvez el haber hecho  el amor al despertar era lo que lo había dejado contento.

*

—Efectivamente Gerard, tu bebé está acá, mirenlo.

—¡Ay pero que cosita! no en realidad no veo nada —Mikey quería saltar sobre la mujer de alegría.

—Es pequeño todavía, pero aquí esta.

—Mikey, mi bebé —Gee era un mar de lágrimas.

—Si Gee, si tienes un bebé acá, tuyo y de Frank, al que ya amamos mucho.

Mikey podía ser fastidioso, pero sabía lo que ese niño significaba para Gerard, este último asintió en silencio, dándole lugar a Amber a terminar de realizar su trabajo.

—Te felicito Gerard, tu bebé tiene aproximadamente cinco semanas, aún es muy pequeño para saber su sexo, pero está bien, su tamaño es adecuado —apagó la máquina y le tendió papel para que se limpiara.

Varios minutos más tarde los Way iban abrazados de camino al estacionamiento para partir por los resultados del examen y luego al restaurante, despues del almuerzo pasaron el resto de la tarde buscando las cosas para que Gerard le diera una bonita sorpresa a Frank, tenía que decírselo esa misma noche.

Simultáneamente un Iero feliz bailaba en la cocina, tenía casi todo listo, solo faltaba él, se pondría algo casual, de todas maneras la ropa iba a estorbar en cualquier momento de la noche.

*

—Pero ¿A qué se debe que semejante belleza me espere en la puerta? —preguntó coqueto al tiempo que Frankie se acercaba a besarlo.

—Te esperaba cielo, ve a lavarte las manos te espero en mi lugar favorito.

—Espera amor, tengo algo que... —fue tarde, Frank ya había desaparecido en la cocina, negó pero hizo lo que el castaño le pidió.

Encontró una mesa bonitamente decorada en medio de todas las plantas de Frank, con la luz de la luna que le daba una perfecta iluminación, acompañada del par de velas que descansaba al centro de la misma.

—¿Qué me ibas a decir? —preguntó Frank colocando los platos en la mesa, apenas el olor invadió el ambiente y llegó a las fosas nasales de Gerard todo lo que había comido subió a su garganta.

Sin tener tiempo de correr terminó vomitando junto a la mesa.

—¡Oh Dios Gee! ¿Qué pasa? —Frank se alarmó e inmediatamente se acercó a Gerard para ayudarlo.

—Tranquilo amor, no nos gustan más los mariscos, es todo —dijo con una sonrisa.

—Oh... —Frank lucía confundido—. ¿Nos?

—Sorpresa amor —le dijo tendiéndole una caja que había conservado en sus manos desde que había vuelto a su hogar.

Sin siquiera abrir la sorpresa Frank entendió todo a la perfección y se lanzó sobre Gerard para besarle y abrazarle sin importar que minutos antes, su pequeño bebé había expresado su disgusto por el platillo que tanto tiempo le había llevado preparar.

~𝙻𝙸𝚁𝙸𝚄𝙼~ ➛FrerardDonde viven las historias. Descúbrelo ahora