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Nadia.
Sinceramente, creía que Bella me dejaría al verme sumida en depresión por la muerte de otra chica, mi ex novia, esperaba de todo... Pero me sorprendió, no dejándome sola, apoyándome cada día más, siendo un pilar en mi día a día después del drama que tuvimos en nuestras vidas. Sinceramente esta mujer me enloquecia por completo de amor, sentía que ahora podríamos tener nuestro final feliz, aquel final que tanto deseábamos.
Camine con sigilo hacía la sala y la vi luchando por no dormir, hace unas horas había ido a alimentarme, por lo que al llegar a la cabaña tuve que ducharme. Sonrei con ternura al ver que me había esperado. Su perfil se veía hermoso, ella era hermosa, hasta leyendo cumbres borrascosas por quizás décima vez en este mes. Su nariz se arrugaba cada vez que leía algo que no le gustaba, se lamia los labios cuando se acercaba una parte buena y los mordía cuando no sabía lo que pasaría. Había aprendido a observar cada gesto de mi novia hasta cuando dormía, y es que el verla a ella, se me iban todas las preocupaciones.
Espere mucho por que llegara mi compañera de vida, mi alma gemela, como le dicen los humanos, incluso llegue a pensar que era Amelia, esa idea se fue cuando vi por primera vez a Bella, una simple humana para el ojo sobrenatural, pero para mis ojos era la humana más hermosa que había visto, su belleza aunque fuera simple había logrado despertar muchas cosas en mi, desde su pálida piel hasta sus castaños ojos, sus pensamientos eran tan puros, no había maldad, no había deseo, al principio solo habia sufrimiento y con el paso del tiempo a mi lado ella cambió. Fue una flor, la más bella de todas; Isabella Swan había llegado a mi vida para provocar sentimientos nuevos, para darme a conocer el amor en todas sus expresiones, y aquello me encantaba, por que yo había llegado a su vida a provocar lo mismo.
Tenía pensado convertirla en la luna de miel, sería una hinrida, como yo, mitad sirena y mitad vampira, así no habrían complicaciones en un futuro embarazo, y esque yo no me arriesgaría a perderla. Sinceramente no sabía que sería de mi vida en este mundo sin ella, no me veía de pie, pude superar la muerte de Amelia, pero la de mi mujer jamás lo haría... ¿vivir una vida sin ella? No lo veía posible.
Bella siempre me comentaba que quería una hija o hijo, sería difícil, claro que si, pero con ayuda de Ariadna sería menos complicado, su magia era poderosa, y la de Lilith también lo era, un primogénito mío y de Bella, no estaba tan lejos de ser posible; Me encantaba imaginarnos como una familia, Bella, yo y nuestro pequeño corriendo por el prado junto a sus tías y Charlie cocinando una barbacoa, una imagen digna de imaginar.
- ¿Que tanto piensas? Ven a sentarte a mi lado amor.- Salí de mis pensamientos y le sonreí a mi mujer caminando donde ella.
- En lo hermosa que te verás embarazada.- Ella se sonrojo ante mis palabras y yo acaricie su rostro estaba tan enamorada de Isabella Swan.
- ¿Crees que sea posible? Hace un tiempo hablé con Lilith sobre esto, y ella dijo que claramente el embarazo sería arriesgado y más rápido que el de un humano normal.- Ella me miró preocupada y se acurruco en mis brazos.
- Lo sé, por eso en la luna de miel te convertiré, no quiero perderte en el proceso, serás híbrida, como yo.- Isabella abrió sus ojos impresionada y se volvió a acomodar en el sofá.
- Tendrías que llevarme a Atlantis para eso, ¿pero no comentaste que solo la sirena original podía hacer eso?.- Acaricie su mano y la mire fijamente a los ojos.
- Mi madre es la primera sirena en este mundo, llevo su sangre, lo que me convierte en unica heredera al trono de Atlantis al como también al trono de los vampiros al igual que mis hermanas, llegaremos a Atlantis y podrás respirar bajo el agua por un hechizo de Ariadna, será la primera vez que conoceré a mi madre y entre las dos te convertiremos, ella te dará el don del agua y yo el del vampirismo.- Bella asintió comprendiendo todo.
- Si no se puede no importa, no importarán los hijos, no importará nada, estando a tu lado eternamente seré feliz Nadia, que estés conmigo ya es todo para mi.- Me acerqué a ella y la besé tomando su rostro con mis manos.
- Te amo Isabella, te amo demasiado.- Saque de mi bolsillo de la chaqueta de cuero una caja color rojo vino y la abrí sacando de ella un anillo con un rubí color turquesa, era redondo y grande, tomé su mano y se lo puse en el dedo anular . - No había un anillo oficial en tu mano que dijera que estás comprometida.- Ella lo miro con los ojos llorosos y se abalanzó a llenarme la cara de besos.
- Te amo Nadia.-
Las quiero nenas. Solo tengo algo que preguntar ¿Niño o Niña?
