3-°

205 32 8
                                    

Jinyoung volteó incrédulo. Jaebeom estaba subiendo a su auto, suspiró aliviado. ¿Pero quién lo estaba llamando? Claro, la asistente de su padre.

—¿Young Mi? ¿Qué sucede?

—Su padre lo estaba buscando hoy por la mañana, tuve la suerte de encontrarlo. Él necesita hablar con usted, mañana asista a la empresa, por favor.— Jinyoung asintió y se despidieron.

—¿Quieres regresar?— preguntó el peliblanco a su lado.

—No, sólo sentémonos en un banca y busquemos a tu chico ideal.

Jinyoung sacó su teléfono y empezaron a revisar sus contactos mientras buscaban información de los candidatos. Al final Bambam se interesó por el otro hermano de Sojung. Definitivamente los gustos de su amigo no eran tan buenos como él decía.

—¿Cómo es que no lo conocía antes?

—No te presentaría a los hermanos de mi ex-novia— se encogió de hombros.

—Lo que sea, necesito una cita con él. ¿Harías eso por mí?— preguntó Bambam.

Por su parte el castaño aceptó. A Jinyoung no le importaba, de todas formas no quería tener nada que ver con la familia de su ex, lo que pasara más adelante entre ese chico y Bambam era problema suyo.

———————

—Estoy en casa, hoy fue un día duro.— habló Jaebeom por el teléfono.

—Voy en camino.

JB estaba agotado y herido. Quería dormir por horas. Se arrepentía de regresar a Corea, pero vamos, trabajo es trabajo y todo traía dificultades. El problema era Park Jinyoung y su pequeño grupo de aliados, en los que se encontraban Jackson, su asistente, Mina, la administradora y Hyungwon, el vicepresidente de la empresa. Pero Jaebeom tenía al aliado más poderoso de todos ellos, el padre de Jinyoung.

Salió de sus pensamientos cuando empezaron a tocar el timbre de su departamento, claro que era Mark. Se levantó y abrió la puerta. El americano ingresó al lugar.

—¿Quién fue esta vez?

—Park Jinyoung, un enano insolente.

—¿Jinyoung?— preguntó Mark frunciendo el ceño.

—No me digas que no conoces a los Park, especialmente a Jinyoung, es algo así como una estrella en Seúl.

—Claro que lo conozco, es mi amigo desde hace cuatro años, además también sé que le gusto. Lo conozco casi a la perfección.

—Ese pequeño idiota. Me tiró un portafolio a la cara.— dijo tocando su herida.

Mark rió para después empezar a hablar sobre como conoció a Jinyoung en una cena, y también sobre lo increíble que era tenerlo como amigo. Al parecer Mark era el que estaba como un loco enamorado de Jinyoung y no al revés. Tampoco le importaba, si se llevaba a ese arpío, era mejor para él. Jinyoung era una molestia y un niño celoso de sus logros.

—Si tanto te gusta deberías llevártelo lejos. Me harías un gran favor si lo haces.— JB empezó a bostezar.

—No somos nada. Además Jinyoung está bien donde está.

—Lo que digas.

———————

El día siguiente fue un poco más tranquilo o eso pensaba al principio. Jaebeom ingresó a la empresa y obtuvo apoyo de algunos trabajadores. Son Hyunwoo era uno de ellos, era el otro administrador, también tuvo una alianza con Kim Jong Woon, el némesis de Jinyoung y socio de la empresa, era hermano de la ex-novia de Park, y desde su ruptura hubo un odio entre ambos, también estaba Eunji, la linda chica que era asistente de Hyunwoo.

—Señor Im, buenos días. Su oficina está lista, dentro de poco también conseguiremos un asistente para usted.— habló la chica de cabello ligeramente violeta, Eunji.

—Buenos días Eunji, deja las formalidades, por favor.— le sonrío Jaebeom.

La chica asintió y se fue con dirección al piso de arriba. Por su lado Jaebeom se sorprendió al ver al señor Park jalando a su hijo con dirección a él. Aunque tampoco pudo evitar soltar una pequeña risa. Fingió no haber visto nada y continuó avanzando mientras pretendía leer las hojas del portafolio que traía.

—Jaebeom.— habló y JB fingió estar sorprendido.

—Señor Park.

—Por favor, revisa tu oficina, si necesitas algo más puedes decirme.

Jaebeom asintió frunciendo el ceño, se suponía que Jinyoung tenía que disculparse con él, en sus planes no estaba el hecho de que el pequeño diablo se saliera con la suya. Se sentó en la silla que se encontraba detrás del escritorio y dejó el portafolio en el mismo. Suspiró y empezó a revisar su oficina. No estaba mal, tenía algunos libros y documentos en estantes, un lindo sofá negro y un gran ventanal. Simple pero lindo.

De todas formas tenía que empezar a trabajar, abrió el portafolio. Para su sorpresa su bolso estaba justo a su lado, lo abrió y sacó un portátil.

Minutos después llamaron a su puerta.

—Pase.

Jackson entró.

Bien, tampoco esperaba que fuera él. Antes de que pudiera hablar una segunda persona ingresó.

Oh genial, Jinyoung.

—Señor Im, el señor Park pidió que acompañara a Jinyoung hasta su oficina. Cumplí con mi trabajo así que pasaré a retirarme.— Jackson se despidió y salió soltando una carcajada bastante sonora para su gusto.

—¿Y bien, hay algo que quieras decir?— preguntó Jaebeom dejando su portátil cerrado.

—Lamento lo de ayer.— habló el castaño.

—Bien, ¿sólo venías a decir eso?

—No, también quiero que te vayas de mi maldita empresa. No sabes a donde te has metido Im.

—Lamento informarte que todas esas decisiones no te incumben, además recuerda que ahora yo soy superior a ti, pequeño Park. Si eso era todo lo que tenías que decir puedes irte, necesito trabajar.

—Ni lo pienses. Todo esto es mío, él es mi padre no el tuyo. No sabes cuanto me esforcé por esto, cuanto tuve que sufrir para ser como mi padre quería. Llegaste tú y lo jodiste todo, no creas que no haré nada, créeme, dentro de poco estarás suplicando por salir de este lugar y nunca más regresar.

—Lo que digas. Jinyoung, sabes que estoy mejor preparado que tú, tu padre fue el que me buscó, así que aquí me tienes, todo gracias a él, déjame en paz, necesito terminar con esto, y tú deberías preocuparte por tus asuntos, ahora largo.

—Jodido idiota, voy a recuperarlo todo y cuando menos lo pienses estarás suplicando perdón por haber destruido mi futuro.

Jaebeom simplemente lo ignoró, no era la primera vez que lidiaba con personas así. Definitivamente era un niño rico despechado por las decisiones de su padre, a JB no le importaba, podía hacer lo que quiera, de todas formas Jaebeom siempre encontraba maneras de defenderse. También era consciente del hecho de que Jinyoung era odiado por algunos empleados por su arrogancia y su forma tan infantil de actuar, no le sorprendería que terminara con casi toda la empresa a favor de quitar a Jinyoung del mapa.

—Lo que digas, príncipe.

Y Jinyoung explotó.

Todo gracias a Jaebeom.

Place |JJP // Bnior|Where stories live. Discover now