The Monster Mash

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PDV de Jack

Me aproximé de manera silenciosa hacia mi víctima.

Elsa se encontraba con la nariz refundida en su libro de francés mientras permanecía parada frente a su casillero con la puerta abierta. Antes de hacer cualquier cosa eché un pequeño al vistazo al interior de este, en la puerta había un pequeño espejo, unos compartimentos con diversos artículos de oficina, entre ellos una grapadora, marcadores, clips e incluso un calendario en el cual marcaba todas sus tareas de la semana. Ella era tan organizada, ojalá se me pudiera pegar algo de eso, de verdad lo necesito.

Con la fuerza de mi dedo índice y medio le di un pequeño empujoncito, ella jadeó sorprendida –Madame- le saludé -Avez-vous un test de français?-

-¡Jack!- cerró su libro y con la cubierta de este me dio un pequeño golpe en el pecho –Casi me matas de un susto y sí, tengo un examen de francés... presumido- murmuró esto último.

-Hey, sabes que no soy muy bueno para el estudio, no me culpes por estar orgulloso de las pocas cosas que entiendo- le recriminé de forma juguetona.

Ella se río y me miró –Me gusta tu ropa, es bueno saber que tienes algo además de sudaderas y jeans- se refirió a mi cazadora vaquera, suéter gris y pantalones color verde militar.

-Hey, ¿Qué es esto?- ella acercó su rostro hacia mi cuello –Tienes un moretón en el cuello- se apartó en seguida con los ojos muy abiertos.

Usé el espejo de su casillero para observar, pero ella se apresuró a cerrarlo y alejarse.

-¡Espera, no es lo que crees!- la detuve tomándola por los hombros.

-No importa, fue mi culpa por preguntar cosas que no debía- ella creía que aquello lo había echo alguna chica.

-Juego hockey, recuérdalo, siempre tengo golpes- la miré a los ojos –ayer fui un idiota y no use bien la protección, por eso sucedió, puedes preguntarle a Hipo-

Parecía que se había tranquilizado –Si lo dices te creeré- se encogió de hombros –aunque de todas formas no tienes que molestarte en explicar nada- comentó con voz ronca.

¿Qué estaba tratando de decir?, por su reacción casi hubiera podido asegurar que estaba celosa u enojada, pero sus palabras me indicaban lo contrario.

En este par de meses Elsa y yo nos habíamos vuelto más cercanos de lo que habíamos sido en todo un año. Pude descubrir que ambos teníamos más cosas en común de lo que creía y la confianza entre nosotros era enorme... ¡Estuvo en mi casa, en mi habitación e incluso ceno conmigo y mi madre!, Hipo tardó años en poder ver esa otra faceta mía y yo se la había entregado casi por completo a Elsa confiando ciegamente en ella.

Ella también me tenía confianza, pero en mi corazón podía sentir que todavía había mucho que descubrir sobre ella, pero no me permita verlo. ¿Por qué no me dejas entrar, Elsa?

Me mordí los labios pensando –Elsa- tomé aire -¿Qué harás el sábado?-

Ella me miró de forma extraña ante el repentino cambio de tema –Pues, es Halloween así que tal vez los demás me arrastren a alguna fiesta- por su tono de voz sabía que ella no quería hacer nada de eso -¿Tu que harás?-

-Pues, pensaba llevar a los niños a pedir dulces un rato- le expliqué.

-¿Usaras disfraz?- se apresuró a preguntarme.

Reí –Posiblemente, pero solo porque después de ello tal vez haga lo mismo que tu... ser arrastrado a una fiesta-

-¿No quieres ir?-

Last chancesWhere stories live. Discover now