Raíces [DC]

Capitulo 4

Tenía 10 años de edad. 

El paso del tiempo le parecía ir muy lento, todo era demasiado lento y largo. Preferia ver todo desde otra perspectiva, una perspectiva en donde ella veia todo con el ojo de un espectador de películas, así le parecia que todo iba más ameno con la vida.

Los entrenamientos habían dejado de ser cansados y tortuosos, había conseguido una extraña sensación de comodidad con el pasó del tiempo.

Su abuelo solia pasar tiempo con ella, siempre hablándole de las grandes cosas que esperaba de ella, grandeza era su destino y está segura de eso, despes de todo ella era Daniela Al Ghul futura cabeza del Demonio. 

Le parecía que todo se estaba volviendo muy monótono, muy aburrido para ella, hace tiempo que no salía a misiones o algo por el estilo, su madre tampoco hacia mucho acto se presencia no es como si le importara pero aún así le tenia respeto a ella y a su abuelo, eran grandes personas que admiraba. 

...

Las siervas la preparaban para una cena que se daría ese atardecer. Una trenza larga de costado y las acostumbradas ropas negras de la liga con la capa roja colgada en su espalda, las botas acostumbrada terminaban dr ser colocadas y las siervas se retiraban. 

Dejó salir un suspiro y se tiró en la suavidad de su cama. Habia aprendido que todo en el mundo eran niveles que se tenia que subir para obtener más, tenia un enorme cuarto ambientado para ella, algunos muebles finos y su gran cama, todo porque habia dado de si para siempre mantenerse por sobre la línea de lo esperado.

¿No había nada más?

Sabía que su destino tenia grandeza pero... desde los 8 años se sentía hueca, sin sentido ... y no entendía esa sensación, ella tenia un significado para vivir, una vida de grandeza y superior al de los demás, porque... ¿porque se sentia así? Tan vacia y sin nada, las únicas veces que no sentía nada era cuando se mantenia con la mente ocupada para acallar pensamientos que eran ridículos.

...

Ignoró a los hijos de los aliados de su abuelo y sólo se concentró en su plato de comida.

Tan concentrada en ello que no notaba cierta mirada en ella.

- tienes la apariencia de un niño.

La escuchó comentar de una joven que habia cambiado de lugar frente a ella.

Hizo una mueca e inspeccionó rápidamente con una mirada sutil toda su apariencia.

Las telas rojas y naranjas que usaba en ese vestido de seda eran escasas y demostraban mucho de su piel clara, su cabello estaba recogido con una peineta de oro, mantenia un maquillaje sutil pero provocador y atractivo en su piel similar al de la porcelana.

Hizo una mueca con los labios al notar lo que tramaba, decidió ignorarla.

- no tienes nada del atractivo de la hija de la Cabeza del Demonio, apenas tu cabello te delata como una femenina - continúo la chica jugando con un tenedor.

- llena tu boca de comida y no de estupideces. - ordenó pero rapidamente se reprendió, la chica era hija del mejor amigo de su abuelo.

- ¿no sabes quien soy?- preguntó con molestia.

- ¿no conoces tu lugar?

- estamos entre iguales Daniela.

Que osadia la suya con llamarla con tanta familiaridad.

Ella no era igual a los demás.

Se mantuvo callada, le dolia la cabeza para escucharla.

- ¿porque no me respondes?