Capítulo 40 - Toca algo para mí

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Uno de los espectros descendió con gran fuerza, William corrió hacia el pequeño y lo empujó al suelo. El menor estaba eufórico, pero William rodó con él en brazos para evitar otro ataque.

—¡Cuando te digo que tengas cuidado es porque lo tengas!

—¡Pero —al ver a los espectros quedó completamente petrificado

No le dio tiempo de hablar pues William lo tomó con fuerza del brazo y salió huyendo.

—¡Tienes un brazo muy largo! ¡Corre, corre!

—¡Deja de juzgarme!

Los otros dos le siguieron el paso a William y se refugiaron en uno de los establos. Metió al niño en la paja y asomó su cabeza para contar a los espectros. Eran tres.

—¿¡Qué es eso!? —dijo el pequeño, con pequeños trozos de paja en su cabello. —¡Chispas! ¡Son gigantescos!

—Eso, niño ruidoso son espectros agonizantes y precisamente porque son gigantes deberías preocuparte más

—¿Por qué?

—Porque tienen mucha tristeza y cualquier cosa que vean intentarán atacarla

Se oía en la lejanía el grito de cientos de personas, muchas de ellas huyendo de un lado a otro mientras el ruido del violín generaba ecos. Los espectros ladeaban su vuelo y cuando descendían exclamaban de horror. Al ver lo que ocurría, William apretó la quijada.

—El hijo de puta quiere incriminarme, ¡Maldita sea!

—¿Disculpe?

—Nada niño, mete tu cabeza en la paja ¿¡Qué no entiendes!?

—¡No soy niño! ¡Mi nombre es-

—No puedo creerlo —dijo frustrado. —¡Ya no son solo dos sino tres!

—¿Espectros? —dijo Lysandro

—Sí, pero también tres críos que cuidar. Como sea, tengo que pensar en algo

Entre tanta contusión le resultaba casi imposible poder concentrarse, miró a su alrededor, ansioso.

—Tengo que capturar su atención..., pero ¿cómo? Llamarlos desde aquí es muy arriesgado

—¿No dijiste que no te metías con los espectros? ¿Quién ere-

—¡Silencio niño!, Lysandro ¿tienes alguna idea?

Negó con la cabeza.

—Si los llamo es más probable que vengan a atacarlos a ustedes. Si quieres capturar su atención tiene que ser en una zona abierta y donde te vean, especialmente donde te escuchen. Y si llegas a auxiliarte de tus espectros debes tener cuidado, no querrás que las personas te vean la cara

William mordió su labio inferior.

—En la iglesia —respondió el menor. —la de Santa María, la parte de arriba es suficientemente amplia para caminar

—¿Y dónde queda?

—Adelante —señaló. —puedes huir en dirección de los canales y llegar a Támesis. Aunque me resulta imposible que puedas treparte y huir tan rápido, los canales están muy retirados de aquí y-

—Uy niño, no sabes con quién hablas

William se puso de pie, sosteniendo el violín con fuerza.

—Lysandro, váyanse de aquí, los veré en el río

—Espera, ¿y este niño qué? ¿Lo traemos con nosotros? ¡En nuestro compromiso no acordamos niños!

—¡Silencio! Por desgracia ha visto demasiado y dejarlo a su suerte lo matará, y tú Da... digo, colega, asegúrate de que no complique las cosas

Sonata espectral de un alma solitaria.Where stories live. Discover now