Extra 2 - Voto de silencio

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Extra de cómo Darien lidió con la pérdida y ausencia de William. Pronto más extras de otros personajes, la boda y el +18 que me faltó.
Todavía hay cosas que quiero compartir de esta historia, así que espérenlas con ansias, sin más, ¡Disfrútenlo!
🖤



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Se escuchan solemnes, pero tortuosas las manecillas del reloj. Anuncian de una en una el paso del tiempo. Los minutos que se vuelven horas, las horas que se vuelven días, los días que se transforman en años y aquellos años que aterrizan en el número diez.

Diez tortuosos años.

Diez abismales años desde que el violinista espectral, William Wilder falleció.

En el medio de una gran mansión de tonalidades oscuras, yace la silueta castigada por ese paso del tiempo.

Darien Kudaibergen.

Con ojos ensombrecidos, débiles pupilas que alguna vez titilaron por amor ante la vida y especialmente, hacia ese maestro de la música. Camina casi a rastras por toda la mansión, mirando solemne los cuadros y las paredes. Escucha el martirio del viento entre las ramas de los árboles. Escucha el clamor de sus buganvilias, rogando porque su antiguo dueño, William Wilder, regrese para regarlas una vez más.

Camina por las habitaciones y se queda de pie bajo el marco de la puerta en una de ella. La que pertenecía a William. Y recuerda, con estupor y desagrado su último suspiro.

Tras el último recital donde aquella sonata espectral resonó con ferocidad, su mentor prácticamente ya estaba dado por muerto. Murió en aquel teatro, entonces, ¿por qué su corazón y cuerpo seguían funcionando como si no lo estuviera?

Gelida y Darien lo trajeron a rastras, lo acomodaron en su cama y lo envolvieron con sábanas blancas. William se quejaba continuas veces, negándose a sus cuidados, negándose a que siquiera lo acompañaran. Cada que Gelida y Darien salían de la habitación, ambos no podían evitar mirarse y contraer las facciones tras la melancolía de verlo de tal modo.

"¿Cómo pude dejarlo caer tan bajo?" se reprendía Gelida, escondiendo sus cejas flexionadas tras sus manos, tallaba su rostro, negaba incontables veces "¿Cómo pude dejarlo solo?"

Ante esa negativa, Darien no sentía menos. De igual modo se culpaba, ¿la razón? No tenía una en particular, quizá ni siquiera tendría porque sentirse culpable, después de todo... fue William quien decidió continuar hasta el fin. Pero entonces, si la lógica dice que fue culpa suya, ¿por qué su corazón dolía tanto al pensar que él también tenía responsabilidad?

"Si hubiera estado más tiempo a su lado"

No, él no me permitía estar cerca.

"Si lo hubiera aconsejado"

¡No! Sigo siendo un niño tonto a sus ojos, ¿cómo habría de tomarme en cuenta?

"Si yo..."

"Si tan solo..."

"Si le hubiera dicho cómo me sentía..."

"Lo que significaba para mí..."

"¿Me habría amado de vuelta y por consiguiente... mirado a la vida?"

¡Qué bajeza! Ese hombre no amaba a nadie más que a sí mismo. Y aún sabiéndolo, ¿por qué mi corazón no podía parar de quererlo?

Día tras día la mansión era visitada por personas allegadas a ellos tres, ya fuera Norman, Greta, incluso el vago de Anton que no hacía más que ensombrecer el ambiente.

Sonata espectral de un alma solitaria.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora