Capítulo 71 - Sonata Espectral

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El suelo entero se estremeció, poco le importaron los lamentos y confesiones de los que yacían dentro del teatro. Los espectros que habían sido invocados estaban fúricos, hambrientos por arremeter contra aquel que les quitó la vida.

"¡WILDER!" Exclamaban entre sollozos.

Los cristales de las ventanas salieron dispersos, los presentes se cubrieron con sus propios brazos, abrumados por el miedo. Uno de los pilares se quebró desde la base y la persona bajo el mismo era William, nadie se había percatado que éste le caería encima. Cuando estaba por ser aplastado, el chico que yacía escondido en los asientos principales salió disparado y lo empujó, cayendo los dos al costado. William se quejó y enseguida abrió los ojos de par en par.

—¡TERRY! ¿¡Qué demonios haces aquí!? ¡Debías evacuar con el resto!

—En primer lugar, olvidas que mi querida Fátima estaba por comprometerse con ese demonio, no quería quedarme con los brazos cruzados. —tambaleó al ponerse de pie, miró fijamente a William y le extendió la mano. —en segundo, a pesar de todo... somos amigos

—Pero... Terry... —William tragó saliva, mirando la palma que se le estaba brindando. —tú... tú sabes quién soy... deberías alejarte

—Para ser honesto, lo he sabido desde hace tiempo... no quería decir nada porque no estaba seguro, no del todo... tampoco sabía que me pasaría si te lo decía, no quería que me echaran del grupo tan pronto, aunque al final terminaste haciéndolo. Pero... en todo el tiempo que llevamos juntos, me he dado cuenta de que, a pesar de ser un idiota egocentrista, eres una buena persona. Y aunque todos ustedes son una bola de raros, lo cierto es... que me hacen sentir en casa, y son una amistad, una familia, que no quiero perder, ¡Así que para ese culo William Wilder y muestra de qué está hecho el violinista espectral que tanto admiro!

William soltó una risilla, negando con la cabeza mientras le correspondía el agarre.

—Tú si que eres un chico con agallas

Los ventanales más grandes explotaron, cada grieta parecía abrirse al son de una orquesta. Los espectros finalmente se escabulleron, arrastrándose por las paredes como serpientes.

—¡Tenemos que escondernos! —gritó William, miró por detrás de la cortina roja, en la habitación lejana donde Norman y él ensayaron—¡Allá! ¡Rápido!

Norman yacía tirado en el suelo, abrazándose a si mismo.

—¿¡Qué esperas!? —dijo William. —¡Vamos!

—Moriré aquí —replicó. —que ellos me consuman

—¿Qué mierda dices? ¡El dolor es insoportable! ¡Tenemos que irnos!

—Te odio —masculló Norman. —y me es imposible perdonarte... no importa lo que haya visto, me cuesta asimilarlo... sin embargo, me odio más a mi mismo, porque mi admiración por ti supera este repudio con creces. Se acabó, tienes razón, la muerte me cegó, Catarsis me cegó. Lo siento

Darien cubría a Terry y llamaba continuamente a William para huir a la habitación. Sin embargo, éste se negaba, estaba dispuesto a salvar a Norman. Después de todo, seguía siendo el hermano menor de su querida Angie. Aunque retrocedió, pues, varios espectros descendieron con fuerza hasta Norman y su silueta se mezcló con la de ellos. Parecían plumas de cuervos envueltas en una neblina oscura.

—Lysandro —masculló William al verlo de pie junto al cuerpo doblegado de Norman

—Y pensar que este fuiste tú en el pasado... —suspiró. —Supongo que de aquí en adelante todo depende de ti...

Hubo un silencio abrupto entre los dos, Lysandro se vio envuelto en la misma neblina que consumía a Norman, sacó su paraguas una última vez antes de que todo su ser se desvaneciera en pétalos de rosas negras y le sonrió.

Sonata espectral de un alma solitaria.Where stories live. Discover now