Capítulo 39 - Seré mejor que ese William Wilder

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—¡Joven! ¡Joven!

Los tres se detuvieron en seco, los pequeños pasos que apenas eran audibles ya eran estruendosos. Era de nuevo ese niño de la taberna, su cabellera castaña rizada se movía de un lado a otro al mismo tiempo que agitaba su mano. Mantenía esa sonrisa inocente en su rostro, se detuvo una vez que estuvo frente a ellos. William lo miró con cierto aire de desdén.

—¿Tú otra vez? ¿Qué no entiendes?

—¡Quería darle las gracias! Si no hubiera sido por usted me habrían atado como cerdo, ¡Muchas, muchas gracias!

—Excelente, ahora piérdete

—¡Espere! ¿Es usted de por aquí? Es que nunca antes lo había visto

—Como sabes aquí transita mucha gente de diversos lados del país, así que... en efecto, no soy... mejor dicho, no somos de aquí

—¿Ustedes también estuvieron en alguna persecución sobre William Wilder?

—Como no te imaginas —dijo Lysandro. —tan cerca que podría jurar que está entre nosotros, ¿no querido Allen?

William rodó los ojos.

—Bueno, ¿y tú qué quieres? ¿O a qué viene todo esto? Tenemos cosas que hacer y ya está oscureciendo

—Verá, como mencioné anteriormente mi abuelo me dijo que William Wilder fue alguien bueno, alguien destacado en lo que hacía y un experto en el violín

William sonrió.

—Sí, sí, no lo dudes

—Escuché que fue un hombre importante, muy caballeroso y que tenía a cientos de chicas tras él

—Continúa, continúa

—También que era honorable y de gran orgullo, muy inteligente por su capacidad para aprender sonatas en poco tiempo y usarlas contra espectros

—Sí, no discrepo en ninguna de esas cosas

—Aunque igual me dijo que era un poco gruñón y regordete, que era guapo pero que quizá las doncellas exageraban

William frunció el ceño y Darien junto a Lysandro esbozaron sonrisas burlonas.

—Mi abuelo dice que exageraba un poco con su perfume, era muy fuerte y llegaba a alejar a las personas, igual y eso de que era una mala persona y alejó a todos no se debió por su mal conducta sino por su loción

—¡Era fresco y dulce! ¡Eso es totalmente erróneo!

—Pues no lo sé, pero mi abuelo lo conoció, así que confío más en su palabra

William talló su rostro.

—¿¡Y eso venías a decirme!? Pues muy mal, pensé que le tenías admiración a William pero ya veo que-

—Oh, sí lo tengo, de hecho por él quise aprender a tocar violín y estoy en crecimiento

—Pues yo te sigo viendo enano

—¡Es porque tengo quince! Pero cuando crezca espero ser tan bueno como él

—A tu edad él ya sabía tocar las de Bach sin error alguno, además, tenía un buen gusto por el arte renacentista y ni hablar de su gusto por las mujeres

—Es un poco triste que a pesar de tener muchas con ninguna se quedara, ¿usted cree que lo querían?

—¡Ah! Todo era meramente superficial, pero no voy a discutir sus gustos con alguien como tú que solo interrumpe nuestros asuntos, si eso es todo, entonces nos reti-

Sonata espectral de un alma solitaria.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora