Lucius y Narcissa, atraviesan el divorcio más dramático que el mundo mágico haya visto.
Draco esperaba llevar aquella situación con mucha calma y madurez. No se imaginaba que las cosas se llegarían a complicar por la repentina aparición de una repor...
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Severus estaba consciente del escándalo que se armaría, así que apenas vio la oportunidad de irse, la tomó. No tenía por qué aguantar lo siguiente.
Y ciertamente no se equivocaba.
—Que malos gustos tiene Harry —dijo Sirius, rompiendo así el silencio que se había formando en el ambiente.
Enseguida, Bellatrix emitió un quejido indignado.
—¿Cómo te atreves a decir eso de mi bebé? —chilló—. Draco es demasiado para Harry.
—¿Insinúas que mi ahijado no es digno de estar con el pequeño mimado? —protestó Sirius al instante.
—¡Nadie es digno! —exclamó—. Yo no apruebo que Draco salga con cualquiera.
Regulus rodó los ojos ante la escena de la que se podría considerar su familia, y procedió a ponerse cómodo en algún sillón de ese despacho, confiando en que aquello no terminaría pronto.
—Bella —se quejó—, tu no eres su madre para prohibirle o no algo.
—Y tú no eres nadie para decir que Harry tiene o no malos gustos —protestó de igual manera alzando el mentón en un claro gesto de indignación.
—¡Soy su padrino! —chilló, como su única respuesta.
—¡Yo soy su tía!
Barty, quien había tomado el mismo ejemplo que su amigo Regulus de disfrutar el espectáculo, sonreía de lado. Había extrañado tanto a sus amigos y ese tipo de escenas que a menudo sucedían cuando estudiaban en Hogwarts, eran de las más entretenidas, y es que era imposible aburrirse con esa familia.
Sin embargo, enseguida reaccionó, por más que disfrutaba del momento, aún había quedado algo pendiente con la reportera. Se despidió rápidamente, siendo escuchado sólo por Regulus, y salió a paso rápido en busca de Skeeter. No tenía tiempo que perder.
—De entre tantos magos, ¿tenía que ser un Potter? —se lamentaba, Lucius.
Enseguida recibió quejidos ofendidos en respuesta.
—¡Harry es un buen chico!
—¡No apruebo esa relación! —protestó Bellatrix, cruzándose de brazos—. Cissy, tienes que hacer algo.
—¿Y qué se supone debo hacer? —preguntó la susodicha, aún sin procesar bien aquella información.
—Draco sacó tus malos gustos —se quejó Lucius inmediatamente.
Narcissa chilló ofendida ante eso, pero no dijo nada más que pudiera empeorar aquel momento. Lucius estaba a nada de sufrir algún colapso, su único hijo estaba en una cita, y nada más y nada menos que con Harry Potter.
