Lucius y Narcissa, atraviesan el divorcio más dramático que el mundo mágico haya visto.
Draco esperaba llevar aquella situación con mucha calma y madurez. No se imaginaba que las cosas se llegarían a complicar por la repentina aparición de una repor...
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—¿Qué hace Draco hablando con tu hermana?
Daphne rodó los ojos, fastidiada ante esa pregunta.
«Me preguntaba cuanto tardaría en darse cuenta» pensó. Daphne decidió concentrarse en su revista de moda. Moría por una nueva túnica de esa colección francesa.
Pansy y ella habían pasado los últimos días en compañía mutua. Decía que quería darles una pequeña lección a esos tres chicos que no sabían valorar su grata compañía. Daphne lo entendía.
Siempre era conveniente para una persona como Pansy entablar conversaciones con una chica que entendiera su mismo sentido del glamour y elegancia. Y esa chica era Daphne. Las cosas que tenían en común eran tantas que bastaba mencionar sólo aquellas en las que no estaban de acuerdo.
—No lo sé, si tanto quieres saber deberías preguntarle —respondió. Daphne no levantó la mirada lejos de su revista.
—Tu hermana no me agrada —dijo Pansy inmediatamente. Daphne asintió.
—Lo sé.
Pansy no volvió a quitar la mirada de esos dos. Desde una de las entradas al castillo que daban hacia el lago, había sido inevitable no reconocer la rubia cabellera de su amigo. Parecía un faro a la distancia. No esperaba encontrarlo en compañía de Astoria Greengrass.
Draco como todo un caballero y haciendo gala de su espléndida educación, trataba a Astoria como a una princesa, mostrándose atento hacia ella, lo que de cierta manera la hacia sentir especial con ese trato.
Para Daphne ese comportamiento no era nada raro, el heredero de los Malfoy había sido educado correctamente con los modales inculcados a los sangre puras, personalmente todas sus amigas cercanas recibían ese tipo de trato de parte de él. Temía que su hermana menor fuera deslumbrada por eso.
Desvío su mirada hacia la chica a su lado. Daphne la observo con ojo crítico, si bien con sus amigas era cuidadoso y atento. Por otro lado con Pansy, su trato hacia ella era como la de una hermana, una hermana pesada y chillona que tenía en alta estima, esa era otra faceta que el rubio demostraba hacia las personas que de verdad tenían su confianza. Podía desenvolverse tal como era, dejando de lado sus modales podía actuar como un chiquillo más y disfrutar del momento que tuviera. Y eso sólo podía hacerlo en presencia de aquellas personas cercanas a él:
Theo, Blaise y Pansy.
Y por lo que pudo observar, alguien más entraba en ese pequeño círculo. Daphne no era de las personas que sacaba conclusiones precipitadas, pero podría estar segura que había algo ahí, solo que aún no sabía que era.
Astoria iba a tener el camino difícil si sus sospechas eran correctas. Negó con la cabeza antes de cerrar su revista.
—Vamos, Pansy —Daphne tomó de la mano a su amiga—. Prometiste acompañarme a la biblioteca —le recordó.
