にじゅうろく | 26

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Taehyung frotó sus ojos con las palmas de sus manos, sus codos sobre sus rodillas y él en cuclillas.

Sus ojos ardían y él solo podía escuchar la risa de su amigo a un lado suyo.

—Mierda, Park ¿Por qué has hecho eso? Mis ojos arden como el infierno.

Escuchó la risa de su amigo más cercana a él, lo que significaba que este había asumido la misma posición que él.

—Lo siento, lo siento.—Taehyung limpiaba sus ojos llenos de lágrimas mientras recuperaba la vista poco a poco.—Aunque espero que esto te sirva de lección, tal vez algún día alguna chica o algún chico te rocíe gas pimienta en los ojos. Agradéceme por el entrenamiento gratuito que te he dado.

Taehyung lo miró con molestia mientras que Jimin no quitaba la sonrisa burlona de sus labios.

El más bajo se levantó tendiendo una mano a su amigo para ayudarlo a hacer lo mismo.

Una vez de pie, ambos siguieron su camino. El más alto seguía con los ojos hinchados e irritados mientras que el más bajo seguía con aquella sonrisa adornando su rostro.

—Jimin.—llamó, el nombrado se giró para mirarlo.—¿A dónde vamos?.

La sonrisa del más bajito se ensancho al punto que Taehyung sentía que las comisuras de su amigo tocarían sus oídos.

—A mi casa.—dijo.—Compré un nuevo juego y un equipo de sonido, no lo he usado porque quería que mi mejor amigo lo estrenara conmigo.

El más alto volvió a sonreír después de tanto tiempo sin hacerlo en el camino. Abrazó a su amigo por los hombros rodeando su cuello.

—¡Eso es genial Jiminnie!.—su voz fue alta sin llegar a ser un grito.—¡En ese caso hay que apurarnos! ¡Mientras más pronto lleguemos a tu casa, más rápido jugaremos!.

Con entusiasmo tomó la mano de su amigo, dirigiéndose al hogar del contrario. Al llegar a la puerta de la entrada, Jimin sacó la llave de su bolsillo derecho, sin soltar la mano de su amigo, metió la llave en el picaporte, logrando así abrir la puerta.

Taehyung miraba todo a su alrededor, si bien ya conocía aquella casa, por alguna extraña razón se miraba diferente. Esta se sentía más fría que de costumbre y el olor al cemento fresco inundaba el aire del lugar.

—Jiminnie.—el nombrado hizo un sonido para indicar que le estaba prestando atención.—¿Estás remodelando tu casa?.

—Sí, aunque solo un poco.—dijo.—Estoy haciendo un cuarto en el sótano ya que me he conseguido un gato.

Los ojos de Taehyung se iluminaron con solo mencionar a un minino.

—¿¡Estás bromeando!? ¡Me encantan los gatos! ¿Puedo mirarlo?.

Una pequeña sonrisa se hizo presente en el rostro del contrario, aunque por desgracia de Taehyung, este comenzó a negar con la cabeza.

—Lo siento Tae, aún sigue siendo un poco arisco.—dijo.—Incluso a mí no me ha llegado a querer por completo, creo que solo acepta que le de mimos y lo toque ya que soy quién le da comida.-soltó una risa silenciosa.—Pero cuando acepte que es mío, te permitiré darle unas cuantas caricias.-Su amigo mostro su peculiar sonrisa.—Aunque no demasiadas porque soy demasiado posesivo con lo que es mío.

«逃げる | Nigeru».-«Jimsu».Donde viven las historias. Descúbrelo ahora