じゅうろく| 16

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La fuerte migraña que inundaba mi cabeza me hizo despertar.

Di un masaje a mis sienes mientras soltaba un pequeño quejido debido a que la luz que entraba por el techo no me ayudaba en nada en aliviarlo.

Giré mi rostro y miré hacia arriba, los vitrales que había hacían que la luz se reflectara de una bella manera.

Me incline sobre mis rodillas y di un largo y doloroso suspiro. ¿Qué habrá pasado con Nam?.

Sus gritos me atormentaron toda la noche y hoy no era la excepción. ¿Por qué lo estaban golpeando? Ni si quiera sé si solo eran golpes o si lo estaban torturando de alguna manera. ¿Sería yo el siguiente?.

No podía sacar nada de eso de mi cabeza, solo quería poder dejar mi mente en blanco y no tener que pensar en nada más.

La puerta se abrió dejando entrar a aquél hombre que había entrado la noche pasada.

Su rostro estaba cubierto por una máscara blanca con un solo detalle en su ojo izquierdo, lo único que podía ver de él eran sus ojos, pero de igual manera era muy difícil ya que esas aberturas estaban cubiertas por una especie de malla, imposibilitándome el siquiera ver sus ojos.

Dicen que los ojos son la ventana del alma, pero yo estaba seguro de querer adentrarme en ellos en este momento.

Se sentó en la cama junto a mí y me extendió un plato con mi comida favorita.

Un poco de espagueti con jamón, una rebanada de pan y una malteada de vainilla.

Se me hacia agua a la boca pero una parte de mí no quería probar si quiera un bocado de aquello ¿Y si le había puesto algo? ¿Droga? ¿Veneno, tal vez?.

Tragué duro cuando acercó aún más a mí la comida, se miraba irritado y preferí comer aunque sea un poco. Comí de manera lenta y sin prisa, bajo su atenta mirada sobre mí.

Terminé de comer y quito los platos sucios de mí, acercó su mano nuevamente y acaricio una de mis mejillas. Su mano era áspera y pero su tacto con mi piel era suave.

Cerré mis ojos con temor, dejaba que el me tocara. Su mano bajo de mi mejilla hasta mi cuello y después pasó por mi pecho, solamente lo detuve cuando su mano llegó al borde de mi pantalón.

Puse mi mano sobre la de él y miré directamente a sus ojos, o lo que podía ver de ellos.

—N-no.-me maldecía internamente por tartamudear.—No toques ahí, por favor.

El hombre bajó su mano, permitiéndome respirar un poco mejor. Acercó su rostro al mío y con el poco e inexistente espacio entre nosotros miró mis ojos por lo que me pareció una eternidad insoportable.

Su mano se posó en mi labio inferior, delineándolo. Podía escuchar su respiración, era entrecortada, pesada.

Cerré fuertemente mis ojos y me armé de valor. Hice la pregunta que desde anoche me consumía, me comía vivo.

—¿Qué le hiciste a mi amigo?.

Abrí mis ojos, sucedió lo que suponía y tanto temía, había enfurecido.

Se levantó bruscamente y tiró los platos donde antes había comido, los pedazos de vidrio estaban por todo el suelo y crujía a cada paso que ese hombre daba. Jalaba sus cabellos con tanta frustración que sentía que saldría sangre con cada tirón.

Se acercó nuevamente a mí y yo estaba seguro de que mis ojos no mostraban nada más que terror, terror de él. Temblaba y con mis pies intente alejarme de él pero era imposible, estaba atado a la cama no podía correr.

Los golpes comenzaron a llegar, mi estómago mis piernas y mis brazos, los estaba golpeando tan duro que sentía que en cualquier momento se desprenderían de mí.

Dio un certero golpe en mi rostro y después uno más en uno de mis ojos.

Sacó unas esposas de su bolsillo e intenté evitar que me las colocara dando jalones con mis brazos, pero eso solo lo hizo molestar aún más, así que me detuve, le permití esposarme y por primera vez estaba completamente atado, no podía mover mi cintura, mis pies ni mis manos.

Soltaba pequeños quejidos lamenteros y pequeñas gotas de agua salada salían de mis ojos, o al menos de uno, no podía sentir el otro.

Un fuerte portazo retumbo por toda la habitación y yo pude respirar tranquilo aunque sea por un momento, traté de hacerlo pero dolía, dolía muchísimo.

Toqué mi cuerpo tratando de aliviar el inmenso dolor pero solo logré aumentarlo. Toqué mi rostro y lloré al mirar lo que ya sabía desde antes, mi ojo sangraba.

Realmente no me importaba lo que me pasara, solo quería que mi amigo estuviera bien. Lo juro por lo que más quieran, no me importaba morir si eso significaba que Namjoon podía salir.

Agradecí que esa noche no escuché al hombre golpear más a mi amigo, pero ¿realmente era bueno no escucharlo más?. No quería pensar lo peor, odiaba mi mente en estos momentos porque todo lo que pensaba, aparecía como imágenes muy reales en mi cabeza.

No pude dormir esa noche por dos razones. Una, mi cuerpo dolía incluso al respirar y dos, mi amigo a quien tanto quería a quien ya no escuchaba más.

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¡Hola! ¿Cómo han estado? Estaré actualizando como ya había dicho, por la noche o por la madrugada y trataré de hacerlo a diario o por lo menos cada dos o tres días.

Gracias por leer, los amo 💖

«逃げる | Nigeru».-«Jimsu».Место, где живут истории. Откройте их для себя