14. El Hijo Perfecto

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La túnica de Gryffindor era más grande de lo que pensó, ni siquiera tenía alguna idea de porqué dementores se la había puesto, sacudió la cabeza, aunque eso le ocasionó un mareo, se la quitó y la arrojó con tan poca fuerza, que cayó al suelo, justo cuando su mejor amigo entró a su habitación.

—Ahora orínala y préndele fuego –se burló, dejándose caer sobre la cama.

Scorpius frunció el cejo, y estuvo a punto de decir una estupidez como "¿Por qué lo haría? El tipo agarró a golpes a alguien, solo para defender mi dignidad", sin embargo, se limitó a encogerse de hombros, no comprendía a su amigo, cuando lo dejaron salir de la enfermería, pasó todo el camino hasta la sala común de Slytherin, diciendo que James se había lucido al respecto, y ahora, de la nada, lo alentaba a orinar sobre la túnica del castaño.

—Eres bastante bipolar sobre tu hermano ¿no?

—Lo odio, es un maldito, eso es lo que es –bufó.

—Tu papá llegó ¿no?

—Así es, me dijo de cosas, solo espero que sea peor con James.

—Él solo hizo lo que le pediste, no merece el regaño.

—Lo hizo porque quiso, yo solo le dije que nunca hacía nada por mí, solo por Lily Luna –se burló –es idiota, aunque crean que es muy listo –se sentó en la orilla de la cama.

—Iré a entregarle su túnica –soltó abrumado.

Realmente no quería deshacerse de la prenda, pero no tenía razón alguna para quedarse con algo así, se despidió de su amigo y salió de la habitación, cruzó la sala común, con la túnica a vista de todo el curioso que quisiera verlo, algunos cuchichearon, otros lo ignoraron, y a él no pudo importarle menos.

Se quedó de pie frente a la estatua del águila, no conocía la contraseña para subir, era cambiada cada tercer día, a veces, incluso diario.

—Ah, estás aquí ¿preocupado? –Preguntó Alex.

—Albus me dijo que no quisiste contarle la razón por la que mandaron llamar a su padre.

—James me dijo que no lo comentara –informó.

—Y ¿desde cuándo le haces caso? –elevó una ceja.

—Lo que me sorprende es que no llamaran a tu papá –murmuró Alex.

—Si lo hicieron, fue a la enfermería, no era la forma en que quería decirle eso, pero bueno, un peso menos encima.

—Lo supongo –lo observó de reojo –yo le daré la túnica –estiró la mano en dirección del rubio, que la alejó como acto reflejo.

—Yo lo haré –la sujetó con ambos brazos –gracias.

—Supongo que Albus te comentó lo que James hizo por ti ¿no?

—Claro, que defendió mi dignidad como si fuese una frágil damisela en peligro.

—Supongo que ahora notas, que incluso una persona tan cobarde como él, puede saltar directo al peligro sin medir consecuencias ¿no? Pero claro, es James Sirius, enumeró todas las consecuencias de sus actos, y no dejó que ni tú ni Albus tomaran responsabilidad alguna.

—Solo es estúpido –comentó, irritado.

—A él le gusta proteger todo lo que quiere, sin importar el costo.

—Lo hizo solo porque Albus se lo pidió.

—Bueno, me dijo que te dijo ciertas cosas en la enfermería, y créeme, jamás le había visto esa mirada en el rostro –sonrió, golpeando el hombro de Scorpius –no sé ocurrió en esa enfermería, pero quiero pensar que averiaste la programación del robot James –rió encantado Alex –así que te lo agradezco, y mucho, te veré luego.

Love Too Much || JamiusWhere stories live. Discover now