42. Caballero

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Se estiró en la cama, con una amplia sonrisa en el rostro, había estado con James de manera sexual, por primera vez en años, y no podía encontrar algo que hiciera mal su novio, bueno, salvo la comunicación con otro ser humano.

Se incorporó al notar que estaba solo, supuso que James habría tenido trabajo, su día de descanso lo habían pasado en esa cama, con lo tranquilo que era su novio, le había sorprendido lo pasional que era.

—Despertaste –comentó James, entrando con una charola con el desayuno preparado.

—No hagas eso, o me acostumbraré muy rápido –sonrió Scorpius.

—Bueno, puedo prometerte que tendrás el mejor trato matutino cuando no trabaje en las mañanas, y el mejor trato vespertino cuando no trabaje por las tardes, y el mejor trato cuando no trabaje el día entero –se inclinó a besarlo.

—No, no puedes ser tan perfecto, algo escondes, Potter ¿qué es?

—La enorme y dolorosa necesidad de ordenar todo en este momento, así que me distraigo –sonrió.

—Te distraes ¿cómo?

—Preparándote el desayuno, y besándote –se inclinó a besarlo.

—No me he lavado la boca –se quejó el rubio.

—No me afecta en lo más mínimo –informó acariciándolo.

—Pero sí te afecta que mis calzones estén en tu piso, y no doblados en el mueble a los pies de la cama, eres sorprendente –sonrió.

—Alex lo llama urticaria mental.

—Creo que tengo una solución para canalizar tu ansiedad y obsesión por el control –lo besó –pero primero comeré el desayuno, o se enfriará.

—Adelante –lo animó.

Scorpius observó a su novio levantarse para comenzar a arreglar el desperfecto, notó que con lo único que no se incomodó fue con la cama, principalmente, porque estaba siendo ocupada todavía, pero una vez que se levantó para poner la charola en la mesa, se aventuró a comenzar a tenderla.

—No, no, no –lo regañó.

—Pero...

—Déjalo ser –comentó, sujetando su playera y arrojándola al piso.

—Scorpius –pidió.

—Déjala ahí –dio un paso hasta él y lo besó –obtendrás una recompensa por cada cinco minutos que la dejes en el suelo.

La mirada azul del castaño se enfocó en él, de manera intensa, estaba torturándolo y lo sabía, aun así, extrañamente lo estaba disfrutando, se inclinó a besarlo, pero Scorpius se alejó.

—El premio lo obtienes cada cinco minutos, no seas desesperado.

—No –lo acercó a él –si esperas que soporte cinco minutos, con tu ropa en el suelo, más te vale que me distraigas todo ese tiempo.

—Bien, pero primero haremos esto.

Scorpius se alejó, esparció la ropa sobre el suelo y los muebles, incluso la ropa limpia y perfectamente doblada, empujó a James, para que cayera sobre la cama, subiéndose sobre él.

—No será fácil ¿lo sabes?

—Contigo así, realmente, no me interesa lo que hay alrededor.

Scorpius sonrió. —Esto es un método para quitarte lo obseso del control, cariño, no cantes victoria tan rápido.

—Estás sobre mí, incluso aunque no hagas nada, puedo distraerme con tus hermosos ojos plata –le sonrió.

—Vaya, finges muy bien tu poca comprensión del entorno y las actitudes sociales –le pellizcó un pezón.

Love Too Much || JamiusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora