07. Amistades

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La lechuza se puso en su mesa de noche, observó a todos lados para asegurarse de que nadie estaba prestando demasiada atención a ese detalle.

La lechuza a la que su mejor amigo le había lanzado un hechizo para asegurarse de que entregara la correspondencia de James a ellos le regresó la mirada, extrañamente la sensación de culpa se extendió por todo su cuerpo, ya no estaba muy seguro de querer continuar con aquella broma, después de todo, era algo bajo y cruel lo que hacía.

Harry Potter le había aclarado a su hijo mediano, la razón por la cual le negó el permiso para no ir esas vacaciones, y no era otra sino que se iría de misión, y quería tener a su familia junta, por si era la última vez que los veía; sin embargo eso no detuvo para nada el plan que había hecho, Albus quería seguir con aquello sin importar nada.

Echó una rápida mirada a la nota, había un muy amplio texto detallando lo que le había provocado a Violet ver a James Sirius la noche anterior, y lo decepcionada que se sintió cuando escapó de ella.

Más bien de sus garras, pensó Scorpius, con el ceño fruncido y un repentino dolor de cabeza, tenía que contestar aquella nota, pero la pregunta era ¿seguiría el juego? ¿O cambiaría la táctica y haría que Violet dejara en paz a James?

—Ah, Violet contestó –soltó Albus arrebatando la nota.

—Sí, lo hizo, al parecer, logramos que se interesara en tu hermano.

—La verdad es que eso mata el plan, lo que quería era que lo rechazara en público, no facilitarle el camino a mi hermano.

—Que por cierto, no sé si notaste que por robar sus hojas membretadas, hemos metido a Lily en serios aprietos –murmuró.

—Y sigues, comenzaré a creer que realmente eso de que te gustan los chicos es pura parafernalia para terminar diciendo que la que te gusta es Lily Luna –frunció el cejo.

—Lily es una niña, ni siquiera ha entrado a Hogwarts –comentó con disgusto el rubio.

—Ah, no me digas que te tragaste el cuento que eres un adulto al entrar a Hogwarts –lo observó atento –no es cierto, nosotros también seguimos siendo unos niños, pero ve, ya corrompiste tu virginidad –se burló Albus –además, tú fuiste el que dijo que mi hermanita está loquita por el amigo de James.

—Puede ser un crush infantil ¿no lo has pensado?

—No, sólo he pensado que es demasiado promiscua, ya lo hablamos ¿no?

—Sí, sobre su embarazo a los quince –asintió nada feliz, pero aun así, creo que Alex es simplemente su crush infantil –se encogió de hombros –pudo pasarle conmigo –bromeó.

—Claro que no –hizo mala cara –no es como si le gustase Teddy –negó Albus –le gusta Alex porque es promiscua, no porque sea un enamoramiento platónico, para eso estaría Ted.

—Claro ¿y por qué Ted? –elevó una ceja.

—Si lo piensas bien, él es un amor realmente imposible para ella, un amor que por la diferencia de edad sería imposible.

—Alex tiene seis años más que ella, no es como si fuese solo unos meses mayor.

—Dime algo, Scor, pero sé honesto conmigo ¿por qué siempre defiendes a Lily? Ya te lo dije, es claro que ella te aborrece, pero tú, en lugar de ponerte de mi lado, te pones del de ella, y eres mi amigo.

—Tú lo has dicho, Alby, soy tu amigo, no tu porrista o algo por el estilo, sé que es algo que a ti te cuesta mucho, pero yo intento, en medida de lo posible, ser una persona imparcial, sin dejarme llevar por mi propio criterio.

Love Too Much || JamiusWhere stories live. Discover now