08. Muffin

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Scorpius escondió la caja enorme de chocolates en su espalda cuando vio a su mejor amigo casi frente a él, no quería que lo viera comprando dulces, normalmente no le importaría, pero se había sentido tan culpable que por su culpa castigaran a Lily Luna, que decidió disculparse con ella de una manera anónima, así que compraría esos chocolates y los enviaría, obviamente como si fuese un "tributo" para James, y ella pudiese comerlos en venganza.

No necesitaba ser un genio como el mayor de los Potter, para haber deducido el comportamiento de esa familia, así que sabía muy bien que ese plan era infalible.

—Te has tardado años ¿son para alguien especial? –Elevó una ceja Albus.

—No comprendo lo que dices, Albus –fingió demencia.

—Los chocolates ¿son para alguien especial?

—Yo no...

—Scor, estás frente a un espejo –señaló con la vista.

La mirada gris de Scorpius se posó sobre su hombro y en efecto, la enorme caja en forma de corazón con los chocolates "más deliciosos" que había en Honeydukes resaltaba demasiado.

—Sí, para alguien muy especial –se encogió de hombros, mostrando la caja a su amigo.

—Vaya que sí, Malfoy, son los más caros que hay en la tienda.

—Bueno, que puedo decir, jamás escatimo en gastos cuando se trata de obsequiar cosas a alguien importante para mí.

—Ese chico tiene que ser realmente guapo –admitió el moreno, observando las varitas de regaliz.

—Bueno...

—Tranquilízate –pidió Albus en tono tranquilo –realmente no me interesa que te gusten los chicos, para mí que busques dulces para una chica o un chico es igual, eres mi amigo, y aunque no lo demuestro o digo mucho, eres importante para mí.

—Ahora suenas como tu hermano –se burló Scorpius.

—Olvídalo, ahora eres el décimo en la lista de personas cool.

—Voy a llorar desconsolado por la noche, te lo aseguro –se burló.

—Como sea, paga esto y vámonos.

Scorpius sonrió cuando Albus puso una cantidad considerable de varitas de regaliz sobre la caja de chocolates, no dijo nada, se dirigió a la caja a pagar ¿cómo iba a negarse? Después de todo, pagaría más de quince galeones por unos chocolates para Lily Luna, que no pagara cuatro por los dulces de su mejor amigo, las amistades no se compraban, pero si se les invertía.

Albus y él corrieron apresurados por los pasillos del colegio en dirección al gran comedor, habían decidido regresar caminando a los terrenos del colegio y aquella había sido una mala idea, porque se habían comido la mayoría de sus dulces de la semana y aun así seguían con hambre, así que la hora del banquete era lo mejor que les había pasado ese día.

—Realmente sentía que me desmayaría del hambre –murmuró Albus, mordiendo una pierna de pollo.

—Puedo verlo por la cantidad de huesos en tu plato –se burló el rubio.

—Cállate, que no porque comas como de la realeza, significa que no haya gran cantidad de comida en tu estómago en estos momentos.

El rubio le otorgó una sonrisa divertida, y sus ojos se posaron en la mesa de Gryffindor, James Sirius estaba absorto en un libro, completamente solo, Alex charlaba con un apuesto chico ¿se habían peleado? Aquello era realmente extraño, a veces tenía la sensación que esos dos eran algo más que buenos amigos.

Love Too Much || JamiusWhere stories live. Discover now