iii. xviii

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Goodbye Sirius.


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La estación de tren a comparación de otros días estaba menos concurrida, lo que resultaba fácil para que Nina y Tyler Thompson pudieran ser acompañados hasta sus cercanías, tenían que ser cuidadosos y esa era la razón para ser acompañados, viajar junto a sus compañeros fue una opción mucho más segura para ambos, no podían arriesgarse a que algo saliera mal, esa era una idea que a ninguno le resultaba agradable dejando como última opción de llevarlos junto al resto, aun así tomaron sus debías precauciones siendo los Weasley y Remus Lupin —quien solo seguía regañando al perro negro que iba a un costado de Nina— los acompañaran.

Siendo esto último un déjà vu para el azabache de lentes quien sonreía en la parte de adelante ante las quejas y los ladridos o gruñidos por parte del animago hacia Lupin.

— Puedes poner en peligro todo, canuto. —el perro gruñó y Nina junto a Fred soltaron unas risitas.

— No podrían sospechar de un perro, Remus. —dijo Nina luego de reír.

— Cuando estemos cerca lo harán.

— No la hará, es un buen chico, ¿verdad, pulgoso? —dijo Nina con la voz que cualquier amante de los perros pondría al ver uno, Sirius dejó salir un ladrido y Remus rodó los ojos mientras se sujetaba el puente de su nariz— Ten más fe en él.

— La he tenido, créeme, pero a veces solo quiero... —Sirius mordió suavemente la mano de Remus y salió corriendo, Nina y Fred volvieron a reír al ver al hombre lobo regañando en voz alta. Al llegar cerca de la estación el cuarteto se detuvo, Fred caminó hacia su familia dejando a los dos hombres junto a Nina.

Sirius con su hocico movió la mano de su amigo y este rebuscó en sus bolsillos una pequeña cajita para extenderla a la adolescente.

— ¿Qué es? —preguntó Nina mientras movía la cajita a un costado de su oreja.

— Un regalo. —respondió el hombre lobo, las manos de ella quitaron la cinta que protegía la cajita y la abrió dejando a la vista una pulsera que en su centro se encontraban unas astas de ciervo, Nina dejó salir el aire que no sabía estaba reteniendo y observó a las dos personas frente a él unos segundos antes de lanzarse a los brazos de Lupin.

— Gracias, por todo. —susurró para luego a abrazar a Sirius y ocultar su cabeza en el cuello peludo de este— Tienes que ser más cuidadoso, no quiero que te lastimen, tienes que prometerme que vas a cuidarte. —el perro asintió, Nina sonrió y dejó un beso en medio de ambas orejas a lo que Sirius lamió el costado de su rostro, ella soltó una carcajada— Adiós Sirius.

— Ten un buen viaje, Nina. —dijo Lupin, Nina dejó un rápido abrazo al hombre.

Cuídate Remus.



─ ✦ ─



Los ojos de Nina veían varios animales correr por la Sala de Menesteres gracias al encantamiento patronus, a muchos les costó, pero poco a poco parecían lograr conjurarlo, lo que provocaba un brillo plateado en todo el salón, la mirada de ella se desvió hacia dos urracas, la una se posó en la cabeza de su Patronus y la otra en el hocico, segundos después sintió un peso en cada uno de sus hombros.

— Incluso comparten el mismo Patronus. —comentó al ver a las dos aves siendo perseguidas por su patronus como si se tratara de un juego.

— Solo tienes envidia que el tuyo sea un perro. —molestó George picoteando su costado, Nina le propino un golpe.

— De verdad eres insoportable.

— Solo lo dices para no admitir que estás enamorada de mí y no de él. —dijo mientras señalaba a Fred— Admítelo, soy más guapo.

— Somos iguales, hermano.

— Pero soy más guapo.

— No lo eres.

— Admítelo, dolerá menos. —Nina dejó salir una pequeña risita que solo llamó la atención de ambos pelirrojos— Tendrás que elegir a uno.

— De esto depende todo.

— Dejen de meter... —pero no pudo terminar de hablar al sentir todo moverse, los patronus desaparecieron llamando la atención de cada uno de los que estaban dentro, Harry caminó entre las personas solo para llegar a ver cómo un pedazo de pared caía y mostraba a Dolores Umbridge.

La explosión fue fuerte pero no lastimó a nadie, estaban en problemas, todos y cada uno de los que estaban ahí solo pudieron repudiar a Cho Chang por abrir la boca, pero Nina no sentía eso por ella, podía ver el arrepentimiento en sus ojos y conociendo los métodos que Umbridge aplicaba en los alumnos estaba segura que todo fue una equivocación, no podía hacer nada si usó algún hechizo o suero de la verdad, pero todos estaban molestos.

Lo siguiente que supo gracias a Hermione fue que Dumbledore desapareció cuando el ministerio llegó, dejando al colegio en manos de aquella atroz mujer.

— Odio a esa mujer. —escuchó decir a la lejanía, Nina no dejó de mirar a un punto en la pared desde que llegaron a la sala común, ni siquiera prestó atención cuando Lee y George entraron corriendo mientras reían de algo que de seguro hicieron con la ayuda de Fred.

— ¿Qué pasa? —preguntó Fred sentándose a su lado mientras tomaba de su mano, fijándose en lo helada que se encontraba a comparación de la de él.

— No sé, he tenido este sentimiento desde hace unos días, pero no puedo descubrir que lo provoca. —respondió mientras llevaba su mano libre a su pecho— Es como si alguien estuviera apretando, a veces es muy difícil hasta respirar y ellas no dicen nada.

— ¿Ha pasado antes? —Nina desvió la mirada y la posó en el pelirrojo solo para mostrarle el brillo en sus ojos cuando las lágrimas se acumularon en estos, lentamente asintió.

— Cuando Cedric murió... —susurró antes de ocultar su rostro en el pecho de Fred— Tengo miedo de que sea demasiado tarde, estoy cansada de perder personas, Fred, no quiero perder a nadie más.

Fred envolvió sus brazos alrededor de su cuerpo, eso era lo único que podía hacer, porque incluso cuando quisiera decirle que no iba a perder a nadie más eso resultaba ser algo incierto, él no podía asegurarle nada de eso, así que solo se quedó ahí sosteniéndola.

— A veces siento que esto si es una maldición. —la escuchó decir con una risa ahogada— De que me sirve ver todo si al final no puedo hacer nada para evitarlo, de que sirve si voy a ver morir a alguien.

— Creí que era cuestión de tiempo. —replicó diciendo las mismas palabras que ella había dicho.

— No hay tiempo, Fred y eso es lo que más miedo me da. 

Silhouette [2] ➳ Fred WeasleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora