Silhouette [2] ➳ Fred Weasley

iii. i

❝It's a good life.❞

Las gotas de lluvia golpeaban la ventana en aquella silenciosa y oscura habitación donde la suave respiración de la joven bruja durmiendo de pronto cambio a una pesada, su cuerpo comenzó a moverse de manera brusca debido a la pesadilla que tomó posesión de un tranquilo sueño.

Los quejidos de dolor resonaron ahogados gracias al caer de la lluvia, la mano de la vidente se agarró con fuerza en las sábanas ante el sentimiento de ser estrangulada por alguien, su cuerpo seguía moviéndose con brusquedad hasta que todo se detuvo siendo una bocanada de aire lo primero que dio al despertar. Sin embargo, la respiración agitada y el ardor que se instaló en su cuello quedaron en segundo lugar ante el sentimiento que se apoderó de su cuerpo, la preocupación crecía cada vez más y cuando la puerta se abrió solo mostrando una luz provocada por la varita esta incrementó.

— Necesito que tomes un poco de ropa, ahora. —dijo la mujer de cabellos oscuros con la voz cargada de nerviosismo, dejando una mochila en el suelo.

— ¿Por qué? ¿Qué...?

— No hay tiempo para interrogatorios, Nina. —interrumpió— Apresúrate, necesito que estés abajo en cinco minutos, no enciendas la luz, usa tu varita.

El ceño fruncido de la adolescente fue lo último que vio la mujer. Nina no entendía que sucedía, pero hizo caso a cada una de las cosas que dijo, tomó lo más importante y lo metió a la mochila que su madre dejó en el suelo, un hechizo indetectable estaba en ella, una vez que obtuvo todo bajó las escaleras rápidamente, seguido de ella bajó Tyler con la misma cara de confusión.

Las varitas que iluminaban la estancia se apagaron, la poca iluminación que el exterior brindaba era suficiente para que pudieran verse los rostros, Ella Barker observó a sus hijos unos segundos antes de caminar hacia una de las estanterías, un movimiento de su mano fue suficiente para que moviera y dejara al descubierto una entrada.

— Escúchame bien Nina, al fondo del pasillo hay una chimenea esta lista para ser usada, necesito que vayan a este lugar. —explicó mientras extendía un papel.

— ¿Qué es lo que está pasando? —cuestionó.

— Te lo diré, lo prometo, pero no es momento todavía. —respondió con la voz cortada— Deben irse ahora, vayan, alguien los espera ahí.

Ambos hermanos atravesaron por el umbral de aquel pasadizo que no recordaban que existiera, una vez dentro la estantería cubrió la entrada, la varita de Nina se encendió e iluminó el lugar, era un pasillo de ladrillos ya viejo por el tiempo, no tenía decoración en ninguna de las paredes lo que le dio la idea de que nadie a parte de su madre conocía aquel lugar. Al final del pasillo una pequeña sala se abrió paso, en una de las paredes estaba la chimenea que su madre mencionó, el espacio era suficiente para que ambos hermanos entraran.