Silhouette [2] ➳ Fred Weasley

iv. ix

❝Bring your ass here Nikolina!❞

George Weasley se encontraba sentado en uno de los sofás tomando una taza de té que Nina preparó aquella mañana, era una situación relativamente tranquila que ninguno de los que estaba dentro de esa casa se habría esperado, pero George sabía que el silencio y tranquilidad que se formó se iba a romper pronto, él no tenía el don de su amiga, no podía ver el futuro, pero cuando el sonido de pasos dejó de resonar supo que algo sucedió en el piso superior.

Nina por su lugar llegó al hogar de ambos gemelos con la sonrisa más grande que causaría terror, como si planeara algo malo, por supuesto que el único gemelo despierto omitió decir algo por miedo a ser atacado muy temprano.

Luego de una rápida conversación ella desapareció por uno de los pasillos en busca de a quien llamó la fotocopia restante, el pelirrojo puso los ojos en blanco mientras escuchaba a su amiga reírse, pues luego de eso guardó silencio al adivinar que llegó a la habitación donde Fred descansaba.

— Llegas temprano. —dijo en voz baja el pelirrojo aún con el sueño sobre él, Nina sonrió y se lanzó a la cama.

— Tenía algo que hacer, pasé por aquí y vine a saludar. —explicó mientras se recargaba en sus codos y veía al pelirrojo caminar por la habitación— Hola.

— Hola.

— Bien, ahora sí. —dijo Nina con la sonrisa aún más grande mientras se sentaba y extendía una pequeña cajita con un listón.

— ¿No podías esperar para la noche? —preguntó, pero ella lanzó una de las almohadas que impacto en su rostro.

— No es para ti, necesito que lo guardes por mí, estaré ocupada hasta la noche y no tengo donde llevarlo.

— ¿Qué es?

— Es algo que encontré en la casa de Sirius, es para mamá.

— ¿Acaso no es tu casa ahora? —cuestionó mientras movía la caja a un lado de su oreja, pero Nina lo volvió a golpear aun cuando ambos sabían que no era algo que pudiera romperse.

— Es de Harry y mía, pero... No la quiero.

— ¿Por qué?

— ¿Desde cuándo acá te gusta hacer tantas preguntas? Deberías trabajar de entrevistador.

— Curiosidad.

— Harry no tiene un lugar al que llamar suyo, perdió todo desde muy pequeño, quiero que tenga algo que pueda decir es mío. —mencionó a la vez que se levantaba y comenzaba a caminar por la habitación— Se que no es mucho, pero quiero que lo tenga.

— ¿Acaso tienes algo que puedas llamar tuyo?

— Fred. —chilló causando que el mencionado suelte unas pequeñas risas, su mano abrió las cortinas dejando entrar la luz— Deja de ser un vago y vístete.