A esta altura mis ojos quemaban y veía borroso. Niego pero imaginando lo peor.

— Su promedio hoy en día es de cinco punto cuatro. —Cierro mis ojos y tapo mi rostro al saber que significaba eso.— Vi tus exámenes para comprobar esto pero lo que vi fue realmente decepcionante.

Sabía lo que esto significaba. Lo sabía. Fui advertida el día que recibí la beca.

Un promedio debajo de siete y la perdía.

Yo, Abigail Russell, había perdido mi beca y mis estudios.

De verdad la había perdido después de años y años de esfuerzo.

Quite mis manos de mi cara y limpie mis lágrimas aunque era una pérdida de tiempo pues cada vez salían más sin evitarlo.

Miré al señor Berry quien me miraba con lástima. Siempre odié que me mirarán de esa forma.

Sabía que ellos me estaban observando, lo sabía muy bien pero no quería verlos. Sentía vergüenza. Vergüenza de mi misma por haber caído tanto.

—Me imagino que sabrá lo que significa. — Asiento y el suspira. — De verdad que es una lástima por qué mis compañeros de trabajo y yo no dudamos que usted sea buena estudiante pero esto no se basa en lo que creamos, si no en lo que demuestra usted mediante las evaluaciones...

El sonido de un teléfono interrumpe al señor Berry. Miro mi bolso por qué se que es el mío. Rápidamente lo saco y... ¿En serio? ¿No puedes elegir peor momento, papá? Mordiendo mi labio cuelgo la llamada.

— Lo siento puede... — Mi celular vuelve a sonar y siento como mis mejillas se sonrojan.

— Puede contestar, señorita Russell. Por experiencia siempre digo que si alguien llama dos veces o mas, algo urgente será. — Veo como sonríe triste y me hace seña. — Conteste, aquí nadie está apurado.

Veo otra vez el identificador de llamadas. Me levanto y me alejo un poco sabiendo que me miraban tres pares de ojos.

— Papá, ahora no pue... — Me interrumpen.

¿Abigail?

Me sorprendo.

—¿Big Mike? — Pregunto confundida y miro hacia atrás y en efecto ellos me miraban esperando, eso me tenía de nervios. — ¿Qué haces con el teléfono de papá?

Tienes que volver ya a Miami. — Mi corazón empieza a acelerarse.

—¿Qué pasó? — El silencio del otro lado de la llamada me alerta. — Big ¿Qué está pasando? ¿Por qué tengo que volver? ¡Habla!

Estaba tan nerviosa que ni siquiera me di cuenta que estaba alzando la voz.

Abi, Alexander...— Mi cuerpo se paraliza y pienso lo peor. Mis manos empiezan a temblar y mi corazón se acelera tan rápido que creo que podría darme un infarto.

—¿Q-que le pasó? — Mi voz sale entrecortada y el miedo me empieza a consumir.

Escorpión hizo un ataque sorpresa. Tu padre está en el hospital al borde de la muerte. Tienes que venir ahora. — Jadeo de sorpresa, mi teléfono cae y solo puedo escuchar como este se rompe ante el impacto contra el piso.

Las palabras se repetían una y otra vez en mi cabeza.

Mi papá.

Mi papi. Mi papi estaba en el hospital al borde de la muerte.

—¿Señorita Russell? ¿Se encuentra bien? — En mi vista borrosa aparece el señor Berry. — Dios mío, está temblando. Malcolm trae una silla. Está en shock.

Dankworth [+18]Where stories live. Discover now