XXII

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Más y más meses pasaban, la pareja no podía encontrarse más que feliz, Grell estaba más que sorprendido, nunca había tenido una relación tan larga, estaban a pocas semanas de cumplir un año, irradiaba alegría y muchísimo amor de sobra para William.
En el transcurso de esos 11 meses, Grell comenzó a actuar, la primera película en la que estuvo fue un completo éxito, dejó algo de lado el modelaje, pero no le importó, era más entretenido para el salir en varias pantallas y ser mucho más popular, al ser el foco más grande de atención en el mundo del entretenimiento se le preguntaba a menudo sobre su relación con William, obviamente todo o en su mayoría era bueno, si, habían tenido peleas, pero no tan graves, siempre lograron resolver todo lo que les ocurría.

En cuanto a William, aún seguía creando más ropa, incluso logró abrir su propia agencia, por el momento no era tan reconocida, pero si popular en Londres y parte de París gracias a la influencia de Grell, quien era la imagen de toda la compañía Spears. Obviamente estaba orgulloso de todo lo que había logrado, sabía que en un futuro sería aún más exitoso, sentía que gracias al apoyo y compañía de Grell durante estos meses había logrado todo eso, siempre lo empujó a lograr y superar sus propias expectativas.

Quería sorprenderlo, pues en unos días cumplirían un año y quería que fuese especial para ambos, no era la clase de persona que suele hacer sorpresas, pero como se trataba de su novio, debería esforzarse, quería hacerlo sentir bien, no solo sexualmente, si no emocionalmente, quería siempre lo mejor para Grell.
Llevaba días organizando una "pequeña" velada para ambos, al saber cocinar bastante bien, preparó varios de los platillos favoritos de sal y postres del pelirrojo, también le compró un collar y pendientes con diamantes bañados en oro rosado, tenían algunas rosas de decoración al rededor de las joyas, también diseño algunos conjuntos especialmente para el, sería la única persona en todo el mundo con aquella ropa, lo cual para William era más especial.


....

Grell estaba en una tienda acompañado de Alan, la amistad entre ambos creció más desde que el pelirrojo comenzó a vivir en Londres, gracias a Alan aprendió un poco más sobre los gustos de su pareja.

Estaban en una repostería, la favorita del pelinegro, buscaban cierto postre que era el favorito de William desde su infancia, lamentablemente ya no era tan sencillo buscarlo o hacerlo, solo una abuela demasiado vieja sabría la receta exacta para elaborar aquel postre.

— Hemos caminado todo el día y aún no encontramos nada — Grell suspiró agotado.

— Ten paciencia Grell, se que lo vas a encontrar — Alan le sonrío amablemente — La siguiente cafetería esta más cerca, hasta donde sé, es bastante antigua o algo — caminó junto al pelirrojo.

— Espero que esta sea la vencida, también quiero comprarle unos lentes nuevos a Wiruu, los que tiene ahora están viejos y feos — rió.

— Siempre se ha negado a cambiarlos, se lo he dicho desde años, pero jamás me ha hecho caso — suspiró.

— Eso es raro, pero bueno, es un pequeño cambio que lo ayudará de seguro — sonrió.

Ambos entraron a aquella vieja cafetería, al parecer si tendrían suerte, quienes estaban apareciendo atendiendo el pequeño local eran una pareja de ancianos, Alan se acercó a ellos, detrás de él venía Grell.

— Disculpe señora — habló en un tono amistoso y suave, llamando la atención de la mujer.

— ¿En qué lo puedo ayudar joven?— sonrió y se dirigió hacía el castaño.

La Vie Rose -Grelliam- Where stories live. Discover now