VII

295 40 13
                                    

Faltaba un día para la tan esperada gala, cosa que provocó que William estuviese más estresado de lo normal.
Por suerte ya había terminado todo su trabajo, ahora tenía que escribir un discurso sobre toda su experiencia, usualmente esa era la parte más fácil, pero, por culpa de cierto pelirrojo tenía la mente bloqueada, lo que más recordaba eran las veces que se besaron y acariciaron, todas las veces que pensó en el mientras descansaba o en momentos completamente aleatorios.

Estaba en su casa, era domingo, aún seguía sentando en su escritorio, completamente en blanco, no sabía que escribir o como empezar, ya había visto sus ensayos anteriores, pero no encontraba como copiarlos sin que fuese tan obvio.

Suspiró y puso ambas manos sobre su cabeza, necesitaba concentrarse, quizás hasta relajarse, si, definitivamente necesitaba eso. Se levantó de la silla y fue hasta la cocina, abrió la nevera y sacó una botella de vino blanco, sirvió un poco del líquido en una copa, no solía beber mucho, pero hoy era necesario.

Volvió a su escritorio, junto la botella y la copa, sirvió más y comenzó a escribir, al parecer su técnica sirvió, al final comenzó a leerlo todo, gracias al cielo no escribió nada inapropiado o sobre lo qué le pasó con Grell, era tentador, pero no perdería su reputación por una idiotez, guardó el papel en su portafolio y lo dejó en el lugar de siempre, el lunes sin duda sería de las mejores galas que patrocinará.

.....

Grell estaba en su habitación, acompañado de Kiral, ambos hablaban sobre la gala que se celebraría el día siguiente.

— El vestido que me hizo Will es hermoso, a diferencia del trapo que te pondrás — se burló de la albina.

— Cállate, ese vestido fue costoso, además también es lindo, el tuyo es simple — golpeó suavemente su espalda.

— Si claro, te quedarás boquiabierta al verme mañana caminar por todo el lugar — sonrío.

— Ojalá te caigas — sacó su lengua.

— Tu eres la que se caerá primero, por borracha — rió fuertemente.

— ¡Solo me pasó una vez! ¡Fue un accidente! ¡Exagerado! — le gritó mientras lo golpeaba con una almohada.

— Oye oye, quédate quieta — la apartó mientras reía — Vas a dañar la mascarilla, aún no se seca —

— Eres una diva — suspiró y se sentó nuevamente en su cama.

— Siempre lo he sido, querida — sonrío burlonamente.

Las dos se quedaron toda la tarde viendo películas y comiendo ensaladas, o al menos Grell solamente, Kiral si comió palomitas y un poco de pizza que había pedido.

¿Porqué no el pelirrojo? Pues, tenía una dieta bastante extricta, toda la comida que entraba era supervisada por Undertaker, controlaba exageradamente sus comidas, lo único bueno que le trajo fue su hermoso cuerpo y textura del mismo, era un milagro que Grell no se hubiese desmayado en medio de algún evento o en otros escenarios.

Si era cierto que habían días donde llegaba a comer papel o solo tomar agua por más de 24 horas, aún existían momentos donde su salud caía de golpe, pero se mantenía en secreto de periódicos o paparazzis.

Ni siquiera el propio Grell recordaba cuando fue la última vez que comió algún dulce o postre, podía asegurar que hace años, no se cuidaba tanto cuando recién empezó a modelar hasta que conoció a Undertaker y se volvió su mánager.

La Vie Rose -Grelliam- Where stories live. Discover now