XVII

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Grell estaba en una tienda de kimonos en compañía de Eric, el pelirrojo estaba bastante entretenido buscando la manera de ponerse tanta ropa encima y que se viera bien, por obvias razones tuvo que pedirle ayuda a una de las mujeres que trabajaba en aquel local.

Al salir de los vestidores, llamó la atención de su acompañante.
Grell llevaba un kimono rojo con un estampado de flores rosas, rojas y blancas, el adentro del kimono tenía rayas negras y blanca y esa tela se notaba en el cuello, el cinturón al igual que el resto, también era rojo, tenía algunos detalles dorados con muchas más flores de las mismas tonalidades y en su cabello llevaba un obidome con flores rojas y rosas, algunas callendo como una cadena, se veía hermoso.

— Se ve bien en ti, ¿qué más vas a llevar? — Eric suspiró.

— Con esto será suficiente, tendré que aprender a colocarme esto bien — rió suavemente.

— ¿Saldras con eso puesto o te cambiarás? —

— Me cambiaré idiota, gracias por importarte — Habló sarcásticamente.

— Ya lo pagaré — Sonrío levemente.

Después de que Grell se quitara todo y se pusiera su ropa habitual, ambos salieron del lugar a pasear por toda la ciudad, en la noche tendrían un evento importante, esa era la razón por la cual compraron aquel kimono, Eric ya tenia el suyo desde hace meses.

....

Ya había llegado la noche del tan importante evento, William entraba al lugar en compañía de Alan, ambos usando ropa tradicional de la ciudad, era algo incomodo para el, pero sería cosa de una sola noche y jamás en su vida volvería a ponerse eso, era bastante agotador moverse entre tanta tela que por momentos le pesaba.

Decidió quedarse parado cerca de la barra, tenía una pequeña porción del tan famoso sake del lugar, al probarlo, no le gustó, no era tan fuerte como lo había imaginado, quizás si le hubiesen servido un vaso completo alcanzaría a embriagarse, miraba a todos lados, las personas hablaban de cualquier cosa, el seguia bebiendo como si fuese agua lo que estuviera ingiriendo, ahí lo vio nuevamente, Grell parecía una diosa, quedó boquiabierto, ahora el arrepentimiento de haberlo dejado ir se apoderaba de si nuevamente.

— Estas chanclas o como se llamen son incómodas... Me tallan los dedos, parece como si se me fueran a caer — Se quejó el pelirrojo.

— Te dije que usaras algo normal, pero no me escuchaste — Eric rodó sus ojos.

— Siempre tengo que estar presentable, ser lindo no es nada fácil cariño —

— Ni siquiera se te ven los pies, nadie notará que traes eso puesto a no ser de que te caigas — suspiró.

— ¿Y qué? — hizo un leve puchero, aunque su compañero tenía razón, no lo admitiría.

— Como sea, quédate por aquí, buscaré a ese chico —

— Alan te odia y piensa en demandarte si lo sigues acosando, Eric, eres peor que un dolor de cabeza —

— Todas caen en cualquier momento, el solo se hace el difícil, pero me ama — Sonrío tontamente y se separó del pelirrojo para buscar a aquel castaño que lo traía en las nubes.

Grell simplemente suspiró y buscó algún lugar en donde sentarse, aquel calzado lo estaba matando.
Paseó por todo el lugar y encontró una silla cerca de la barra, pidió algo para beber, sin darse cuenta que estaba tan solo a unas sillas cerca de William, que aún le miraba en silencio mientras bebía, obviamente se dió cuenta por instinto que alguien lo veía fijamente, volteó su rostro a distintas direcciones y encontró la sería mirada de Spears sobre el, lo había engatusado sin si quiera intentarlo, podría decir que estaba orgulloso pero ¿porqué el? ¿Porqué no podía venir cualquier otro hombre tras el? Odiaba creer en el destino, pero aparentemente aquel momento era parte de este.

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