XXI

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El viaje de vuelta a Londres los dejó agotados, fueron horas dentro de aquel avión, a pesar de haber dormido y hecho algunas otras cosas más juntos, querían un descanso apropiado y claro que lo tendrían; una vez el avión aterrizó en Londres, salieron de este en busca de su equipaje, una vez lo tuvieron, William y Grell se despidieron de Alan y cada quien tomó un taxi para volver a sus respectivas residencias.

La pareja ya estaba en casa del mayor, ambos fueron recibidos por los gatos de este, que al notar la presencia de Grell de inmediato se acercaron a olerlo, el pelirrojo estaba bastante sorprendido, jamás imaginó que William adoptara un gato, mucho menos dos, aunque tenía muchísimo espacio para unos cinco, pero no aguantaría la responsabilidad.

— Son bastantes lindos Wiruu — Se agachó y acarició a ambos felinos alegremente — No pensaba que tuvieses mascotas — rió suavemente.

— Me sentí solo y decidí adoptarlos, espero que no te moleste — acomodó las maletas de ambos cerca de unos muebles.

— Oh claro que no cariño, de hecho, me encantan, siempre quise tener un gato, bueno son tuyos, pero da igual, los quiero — sonrió.

— Me alegra escuchar eso — sonrió muy levemente — Ya es tarde, vamos a dormir — le ofreció una mano al pelirrojo.

— Por supuesto lindo — tomó su mano y ambos se fueron hasta la habitación del pelinegro.

Una vez ahí, ambos se quitaron los zapatos y se tiraron en la gran cama del pelinegro, Grell sonrió y se acurruco contra el pecho del contrario, dibujando pequeños círculos en este.
Will abrazó a Grell, pegando aún más sus cuerpos, olió su cabello, parecía que era fresa o vainilla, era dulce y eso le encantaba.

....


Ya habían pasado dos meses  desde que William y Grell comenzaron a vivir juntos, hasta el momento no había ocurrido ningún accidente o pelea, al menos Will esperaba no tener aquellos problemas con su amado pelirrojo.

En ese lapso de tiempo ambos comenzaron a tenerse más confianza, iban y salían juntos de la mano, cada día que pasó se abrían más al público, para ellos fue un logro poder tomarse de las manos sin sentirse tan observados o apenados al caminar en la calle, perfectamente podrían irse en el Lamborghini de William, pero por petición de Grell ahora caminaban hasta el pent house del mayor, solo con la excusa de hacer ejercicio, pero el carmín sólo quería tomar la gran y no tan suave mano de su ahora novio, esas eran las pequeñas acciones que tanto disfrutaba al estar junto a Will.

Ahora ambos se encontraban en la sala viendo televisión, hace unas horas habían vuelto de la agencia, por suerte tendrían el fin de semana libre.
Grell acariciaba a uno de los gatos, pues se había quedado dormido en su regazo, el pelinegro estaba sentado a su lado rodeando su cuello con uno de sus brazos, todo era pacifico en aquel momento.

El pelirrojo dejó caer su cabeza sobre el pecho del contrario, sonreía suavemente y mantenía un tierno rubor en sus mejillas, cosa que William de inmediato notó, se veía tan adorable cuando estaba tranquilo, acarició sus largos cabellos con una de sus manos.

— Will — le llamó con una voz bastante suave.

— ¿si? — volvió a mirarlo y no pudo evitar caer en su hermosa mirada esmeralda otra vez.

— Dame un beso, hoy no me has dado ninguno — hizo un leve puchero.

— Eres exigente Grell — rió muy levemente, pero el pelirrojo logró notar la risa de su novio y sonrió.

— A ti también te gustan cariño~ — rió y se pegó más a el.

— Tu ganas — tomó su mentón suavemente y le dió un pequeño beso — Listo — continuó mirando la televisión, estaban pasando una de sus series favoritas.

La Vie Rose -Grelliam- Where stories live. Discover now