VI

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Ya había pasado una semana desde aquel incidente, William desde que entraba a su oficina ignoraba completamente ese hecho y si antes trataba "distante" a Grell, ahora era peor, no lo quería cerca, como si le tuviese una fobia al pelirrojo.

William estaba arreglando una de las faldas para un vestido que recién había confeccionado, le estaba gustando como quedaría el resultado, se veía lo muy concentrado que se encontraba, no apartaba su mirada de aquella tela, parecía que ni parpadeaba.

Alan entró a la oficina, arruinando la concentración de Will, haciendo que este se pinchara con uno de los alfileres.

— Perdón William — miró preocupado al contrario y agarró un botiquín de primeros auxilios.

— No importa, pasa todo el tiempo — suspiró y alejó su dedo del alfiler.

– ¿Puedo preguntarte algo? — saco unas curitas del botiquín y se la pasó al contrario.

— Supongo que si — Se puso la curita con cuidado y miró al castaño.

— ¿Te pasó algo con Grell? Se que no eres de hablar mucho, pero literalmente lo estás ignorando — su mirada aún seguía preocupada.

— Nada, no nos pasó nada, si no tengo nada que decir para qué voy a hablar, es una tontería honestamente — miró a otro lado mientras suspiraba.

— Tienes razón, pero cuando el te dirije la palabra ni siquiera volteas a verlo... el esta mañana.. — miró al piso por un momento — Esta mañana me dijo lo qué pasó el día que salí por esas telas —

William volteó a verlo, una de sus venas iba a explotar, quería matar al pelirrojo.

— ¿Qué fue exactamente lo que te dijo ese idiota? — apretó sus puños y dientes.

— Me dijo que le levantaste la falda y luego en el hotel donde se hospeda casi..  tu sabes — se sonrojó.

— Pues de una vez te digo que todo eso es una mentira, lo hace para hacerme quedar mal ante todos, por eso lo ignoro, por mentiroso — Dijo seriamente, aunque la verdad esos besos no le habían molestado, incluso lo volvería a repetir, si es que estaba ebrio o drogado.

— Ya veo — Dijo aún confundido, no sabía a quien creerle, lo mejor sería ignorar aquella plática que tuvo con el pelirrojo — Entonces, solo se algo más amable con el, no queremos que rompa su contrato con la empresa — sonrío nerviso y volvió a su labor.

Así siguieron el resto del día, lograron terminar el primer vestido, quedó hermoso a sus ojos, ahora tendrían que llamar a Grell para que lo probara y hacerle correcciones al vestido si es que las necesitaba.

William suspiró pesadamente, agarró su teléfono y llamó al pelirrojo, que de inmediato atendió la llamada.

— Parece que ya no puedes más ¿Tanto me necesitas? — Se burló.

— No es para eso idiota — suspiró — Se supone que deberías estar aquí para que te midas la maldita ropa — Habló en un tono más alto.

— ¿Así me vas a tratar después de lo que hicimos? — Seguía llevándole la contraria, de verdad amaba molestarlo.

— Mejor cállate y ven a mi oficina de una vez, quiero terminar esto lo más rápido posible — Colgó y frotó su sien.

— Tsk, amargado — Dijo para si mismo mientras agarraba uno de sus bolsos y volvía a la oficina.

Grell estaba muy consciente de que lo menos que quería William era verlo o tener que seguir lidiando con el.
Sabía que era masoquista y un sádico, de cierta forma le gustaba que el pelinegro lo tratase así, indiferente, que cada que lo viese lo quisiera ahorcar, ese hombre era tan serio y le encantaba, claramente eran polos demasiado opuestos.

La Vie Rose -Grelliam- Where stories live. Discover now