Enfrentamiento mortal. ©

Capítulo 59: Juicio final.

Gorka

Día del juicio final

El juez ya tomó la decisión y se limitó a abrir el sobre de la sentencia. Ordenó que todos nos pusiéramos de pie y yo con la cabeza en alto, miré a Ingrid, a mis abogados y por último al juez.

—El acusado deberá de cumplir una condena de siete años y nueve meses, se les excluye de todos los hechos probados que los cometieron la familia de La Torre —nos anunció y yo cerré los ojos con ganas de llorar—. Si durante los primeros meses o en los siguientes dos años coopera y tiene buena conducta, se podría reducir la condena con una apelación. Esta la cumplirá en la cárcel de Ctra. N-V, Km. 27,7; 28600- Navalcarnero —dio con la especie de martillo en la mesa—. Se levanta la sesión.

—Lo conseguiremos, pórtate bien —me dijo Alex.

—Apelaremos, tenlo por seguro que saldrás en libertad antes de lo previsto —agregó ella.

—Gracias, haré todo lo posible para contribuir con la causa —miré al resto de mi familia y le lancé un beso a Ingrid—. Cuidarlos, por favor.

Un celador me volvió a esposar, con unas esposas más fuertes y me trasladó hasta mi nuevo destino.

Unas horas después, entregué mis pertenencias —incluido la foto de ella, mi segunda madre, mi familia real y el anillo del enlace y me llevaron a mi celda después de pasar el protocolo pertinente. Suertudamente, me dieron una celda para mí solo, así que me recosté recordando todos los momentos vividos con mi mujer y mi otro motivo de peso, mis hijos.