Capítulo 19: ¿Porqué me miran así? [Especial San Valentín] [2/2]

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Gorka presionó a Ingrid y entraron a una enorme recepción. Estaba llena de lujos y comodidades, mirases por donde mirases.


—Hola señor Gorka —sonrió la secretaria y le tendió la mano.

—Hola señor Gorka —sonrió la secretaria y le tendió la mano

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—Hola Escarlata. ¿Cómo va la cosa?—la saludó.


—Bien señor, todo está en orden —contestó Escarlata.


—¿La producción ya se puso en marcha?


—Sí, hace unas horas —expuso la empleada.


—Perfecto, voy a mi despacho —le dio un codazo a Ingrid.


Ingrid lo miró y vio como la empleada la miraba con recelo.


—Hola —dijo Ingrid.


—Te presento a mi futura esposa, quiero que sea respetada tanto como yo. ¿Queda claro? —le advirtió.


—Muy claro —respondió la empleada mirando mal a Ingrid.


Gorka lo miró esperando a que Escarlata le diese la bienvenida.


—Encantada de conocerla señora —la miró.


—Encantada Escarlata —sonrió forzosamente Ingrid.


—Su nombre es Ingrid, miss Escarlata. ¿No te falta algo más? —le sugirió un poco molesto.


—Si, claro.Bienvenida a "Le passione prohibita" señora Ingrid —lo obedeció Escarlata.


—Así está mejor, vamos a mi despacho. Si necesitas algo comunícate con mi secretaria —le comunicó.


—Gracias Escarlata —le agradeció confundida Ingrid.


Ingrid se paró amirar a su alrededor y le llamó la atención los cientos de cuadros que habían de perfumes.


"¿Será una fábrica de perfumes? ¿Porqué se comportan así con él?¿Porqué me miran mal todas?" pensó la joven mientras le surgíancada vez más dudas.


Mientras Gorka la iba dirigiéndose hacía su bufete, Ingrid contempló unos cuadros en los que estaba el equipo directivo de la empresa. En todos aparecía él con una amplia sonrisa.


—¿Te puedo hacer una pregunta? —lo miró ella.


—Si —asintió—, dime.


—¿Porqué las chicas con las que me crucé me miran tan mal? —le preguntó sin dejar de mirarlo.


Gorka la miró mientras caminaban y le susurró al oído.


—Porque se mueren de celos —sonrió.


Ingrid lo miró desconcertada y se empezó a reír.


—¿De celos? ¿De qué? —se volvió a interesar.


—Sencillo, te ven como un obstáculo. Frente a ellas, eres mi mujer y la dueña y señora de este emporio. Te tienen envidia —se rio.


—Oh dios, no me dirás que eres un gigoló o uno de esos que andan con todas las empleadas de aquí —musitó—. Con razón te tratan tan bien.


—No reina, no soy eso que tu dices —le aclaró.


—¿Y porqué las tienes comiendo de tu mano? Algo harás —dijo.


—Solo soy amable y atento con mis empleados, nada más —comentó.


—¿Y cariñoso?


—En ocasiones —le sacó la lengua—, pero nada del otro mundo.


—Ah claro, un don juan. Seguro que han caído todas, conozco a la perfección los hombres como tu —lo atacó.


—Don juan no querida. Soy don Gorka mi señora —intentó provocar su ira.



—Já,a mi no me la das —contestó segura—. ¿Don Gorka? Para mi serás..


Gorka le tapó la boca con la yema de un dedo.


—¿El amor de tu vida? Aunque señor Arizmendi te lo acepto —se burló.



—Mira,mejor me callo.... —lo miró mal—. No tengo ganas de quedar en ridículo ante toda esta gente.


—Eso a comportarse como una señora —la picó—. Aunque de señora, tienes lo que yo de monje..


Ingrid no pudo más y cuando nadie miraba le dio un golpe en la espalda.


—Que poquita fuerza tiene, ay que es de cristal —siguió picándola.


—Vamos donde tengamos que ir ya si no quieres que te arme un escándalo delante de todos —le amenazó seria.



Gorka se carcajeo y le hizo una reverencia. Seguidamente, entró con ella al bufete en el que se encontraba su secretaria.

Enfrentamiento mortal. ©Where stories live. Discover now