Capítulo 10: ¡Mátame, esta es tu oportunidad!

58 11 7
                                    

—Si no lo haces... te mataré a ti junto a tu familia. No voy a ser tan imbécil como para dejarte en libertad sabiendo toda la información que tienes sobre mí. Juro que te voy a borrar esa sonrisita que tienes si no me haces caso.

Ingrid puso los ojos en blanco y en su interior empezó a ahogarse en el miedo que estaba sintiendo.

—¡No te atrevas! —gritó—. Te juro que, si tocas a mi familia, yo seré quién te mate a ti.

Gorka empezó a desternillarse de lo que acababa de oír.

—Si mueres tu primero nadie los podrá salvar ni siquiera estando tu viva, yo soy mucho más fuerte y tengo más poder que tú.

Ingrid le abofeteó sin límite.

—Si sigues... no solo ellos morirán sino tus amigos también —le amenazó firme—. Si no tuve contemplación en matar a mi enemigo, a ellos mucho menos.

El joven la detuvo y se acarició la cara con la mano derecha.

—Si tu me obedeces, nada malo les pasará sino al contrario.

—Si antes te odiaba, ahora...te quiero matar.

—¿Estás segura de querer hacerlo? —preguntó Gorka.

—Nunca antes había estado tan segura de ello.

—Estupendo —comentó—. Ahora tienes la oportunidad, solo te pido que no falles sino quien morirá serás tu.

Gorka sacó de su bolsillo una pistola con mucha carga y se la puso encima de las manos de ella.

—Mátame, hazlo si tantas ganas tienes —dijo dispuesto a morir—. Solo acuérdate de una cosa, si yo muero tengo muchas influencias que no solo matarán a tu familia, también te harán vivir una pesadilla y un calvario peor del que vas a vivir conmigo.

La jovencita empezó a temblar y le apuntó con el arma en la frente.

—Te estoy esperando. Solo tienes que apretar.

Ingrid apretó el gatillo con muchas ganas y cuando iba a disparar el recuerdo de su familia revivió en su mente.

Ingrid apretó el gatillo con muchas ganas y cuando iba a disparar el recuerdo de su familia revivió en su mente

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—¡Mátame ya! ¿No era eso lo que querías? —vociferó Gorka.

Ingrid cerró los ojos y tiró el arma al suelo, tras ver la reacción Gorka rápidamente cogió el arma. La estampó contra la pared y la apuntó con el arma furioso.

—¡Qué tú seas un asesino no quiere decir que yo también lo sea, jamás me voy a ensuciar las manos por una rata asquerosa como tú! —le reprochó—. Cuando yo quiera puedes ir a la cárcel, soy la única testigo que lo vio todo.

Gorka acercó más el arma hacía su cabeza.

—Si lo haces, ya sabes lo que pasará en cambio, si aceptas algo vivirás como una reina.

—¿Eso es vivir como una reina? Hacer lo que quieres hacer conmigo. Prefiero estar muerta, antes que vivir así.

—Piensa en lo que acabas de decir, Te voy a dar otra oportunidad, además no tienes el derecho de aceptar ¿Sabes por qué? Porque desde el mismo instante en el que te cruzaste en mi camino, eres mía, únicamente de mi posesión. Conmigo lo tendrás todo si eres obediente, no solo tú sino toda tu familia también pero claro... para que esto suceda tú tienes que cooperar. Sí no quieres que les pase nada serás mía para siempre.

Segundos después Gorka apartó el arma y la volvió a guardar en su pantalón.


Enfrentamiento mortal. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora