Plática

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Había algo que lo estaba molestando, el no saber si sus padres estaban en la casa de los Malfoy lo estaba matando.

Luego de descubrir que su mente había jugado de una forma muy cruel, a su parecer, se dedicó a investigar la razón por la cual su mente había cambiado la historia tan drásticamente.

Al principio sospecho que sus tíos habían modificado su memoria, sin embargo ellos negaron dicha idea, y el confiaba en que decían la verdad...pues siempre lo habían hecho.

Eduard Robbinson había cambiado demasiado y no había pasado desapercibido por el colegio. Incluso la profesora Mcgonagall una vez, le preguntó la razón por la cual ya no participaba en clase.

El chico dijo que estaba preocupado por los exámenes.

Ella le dijo que no había razón para estar así.

Si tan solo no fuera tan orgulloso y pudiera exponer sus malditos miedos, tal vez lo hubiera ayudado a controlarlos; estaba aferrado a seguir con su imagen de Eduard perfecto. Ni si quiera había sido capaz de escribirle una carta a sus padres.

-Mire señor Robbinson, realmente creo que puedes desempeñarte en lo que sea que decidas después-Le dijo el profesor Snape, luego de la decepcionante respuesta que había obtenido del joven-Si todavía no tienes idea de que hacer con tu vida, sugiero que te apures...Los exámenes vienen pronto y por ende debes elegir materias.

-Si profesor Snape.

-Aun así toma estos folletos-Le dio unos cuantos-Cuando hayas leído y pensado, puedes volver y yo te diré que materias debes tomar, o bien podré aclararte dudas sobre lo que necesites.-Estaba convenido de que ese chico tenía un enorme potencial, después de todo era, por mucho, el mejor alumno de Slytherin y de los mejores de su generación. 

-Gracias profesor, es usted muy amable.

-Hasta luego.

Cerró la puerta con cuidado y se fue de ahí sin rumbo fijo. Solo quería estar solo y ya. No tenía humor de nada. De echo esos días había estado evitando a todos (a excepción de sus compañeros de habitación, de los que no podía escapar), intentando alejarse para no hablarles.

Pero una voz, esa maldita voz...lo detuvo. 

-Eduard-El nombrado se quedó parado en medio del pasillo, mirando el suelo-¿Estás...estás ocupado?

-No-Estúpido.

-Yo solo quería disculparme por mi comportamiento, se que no estuvo bien solo...Quisiera arreglar las cosas.-Eduard se giró y la enfrentó. 

-Megan.

-Yo se que estuve mal...-Se dio cuenta de que en realidad no sabía que decir y eso lo puso de mal humor-De verdad lo siento.

-No estoy de humor para estas estupideces ¿Okey? De verdad.-Antes de que se diera la vuelta y se fuera de ahí, la rubia habló nuevamente. 

-Perdón.-La miró con burla y casi suelta una risa. Estaba enojado.

-¡No te disculpes! ¿Olvidas con quien hablas? 

-Ah.

-Hablas con Eduard Robbinson y nadie me manda al diablo y tu lo hiciste chica ¿Crees que por que digas lo siento se va a arreglar así como así?-Ella bajó la mirada-Le diste un golpe bajo a mi puto orgullo...¡Deje mi orgullo por ti dos veces! ¡Para que arregláramos las cosas! Y las dos veces me mandaste a la mierda-Zabini se llevó la mano a la frente de lo mal que estaba saliendo aquello-Así que si me disculpas, tengo una cita con el puto diablo.-Y se dio la vuelta pronto se sintió mal, rodó los ojos y se giró. Pero la chica estaba hablando con Zabini. 

Idiotas.

Nuevamente se giró y se dirigió a su sala común, mientras Blaise intentaba explicarle a ella el por que de su reacción.

-Ya sabes...esta enojado pero no contigo, es que...bueno tal vez si un poquito-El chico miró al suelo con una mueca-No se ha estado raro, y le preguntas y te manda a la muy lejos y no entiendo que le pasa, o bueno nadie entiende que le pasa, por ejemplo una vez le pedí que me pasara la jarra de jugo y ni me miró el desgraciado... Estoy desvariando, el punto es que no te lo tomes personal.

-Me lo tenía merecido.

-Nah, no era para tanto-Hizo un ademán con su mano y dijo, cambiando su semblante-¡Por cierto! Tengo nueva novia.

-¿De verdad? Y ¿Va a durar?

-Eso espero...no lo se-Caminaron por los pasillos con rumbo a los jardines, aunque Megan no tenía mucho tiempo, pues había quedado con Potter esa tarde.-Parece linda, ósea lo es...a lo que voy es que parece agradable, espero que lo sea...si no comenzaré a salir con el gato de Robbinson, primer aviso.

-¿Con un gato?

-Si ¿Por qué no chiquilla?-A veces la confundía las mil y un formas en las que ese chico la llamaba.

-Solo preguntaba, realmente yo también saldría con un gato.

-Seremos el dúo dinámico de los gatos-Levantó la mano para chocar las palmas y pronto cambiaron de tema a los exámenes.

Tiempo después se les unió el joven Malfoy, el cual habló con ellos como si las ultimas semanas no los hubiera evitado, ninguno le reclamó nada. 


OcultoWhere stories live. Discover now